Opinión

Agencia libre, el video juego humano de grandes sorpresas

Agencia libre, el video juego humano de grandes sorpresas

Agencia libre, el video juego humano de grandes sorpresas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Nunca me cansaré de decir que la llamada agencia libre convirtió a la NFL en un video juego de seres humanos. Es verdad, nadie puede negar lo emocionante que es el inicio de este periodo de cambios y negociaciones que llevan a jugadores de un equipo a otro, y de algunos conjuntos que logran armarse de un año a otro si saben manejar sus finanzas y esa intrincada fórmula del tope salarial que se impone a cada temporada. Y aunque es muy emocionante, no deja de ser un video juego grandote en la vida real donde los jugadores son meras piezas de ajedrez o animaciones en pantalla.

Ayer lunes 16 de marzo inició ese periodo de juego e intercambio de cartas entre equipos y las sorpresas no se hicieron esperar ni siquiera minutos. A las tres de la tarde (hora de México) arrancó la agencia libre y a los pocos minutos cayó la primera bomba y quizá una de las más llamativas que habrá en este 2020: Los Texanos de Houston se deshicieron de DeAndre Hopkins, uno de los mejores receptores de la Liga al intercambiarlo a los Cardenales de Arizona por el corredor David Johnson.

Sí, es de no creerse, pero como señalaron algunos expertos en Estados Unidos, todo pareciera indicar que la decisión se trató más de un asunto extradeportivo que de futbol americano. Pensar en alguna indisciplina de Hopkins o alguna violación a las reglas del equipo o de la Liga no parece lógico, sobre todo con la historia de vida que hay detrás de este jugador.

DeAndre perdió a su padre desde niño; su madre, Sabrina Greenlee, es invidente y muchos de los logros en este deporte son dedicados a ella. Aún sin poder ver, ella asiste a cada juego de su hijo, alguien le narra lo que sucede y cuando Hopkins logra anotar, va hasts dónde ella está y le regala el balón, pues su madre siempre se sienta al filo del campo. Un tipo así no creo que pueda ser un rijoso dentro de un equipo, más bien es una inspiración.

Sin embargo, la directiva de los Texanos decidió prescindir de sus servicios. La única razón lógica sería un sueldo demasiado elevado que poner presión al tope salarial del equipo; no obstante aunque eso fuera, la pregunta es por qué no se llegó a una negociación o reestructuración, después de todo Hopkins, junto con el mariscal de campo Deshaun Watson, es la bujía del equipo. Sumó 104 recepciones para 1165 yardas. De verdad no existe razón para dejar ir un elemento así, y menos si se toma en cuenta que los receptores que quedan en la plantilla apenas y lograron 89 recepciones entre los dos. Will Fuller con 49 y Kenny Stills con 40. La realidad es que no imagino la reacción del QB Watson al enterarse de que perdía a Hopkins. Seguro algún plan B han de tener para la posición.

Con la llegada de Johnson, el coach Bill O’Brien espera asentar un ofensiva de mayor posesión de balón y aunque la idea no es mala, lo cierto es que Johnson no ha vuelto al nivel Pro Bowl de hace unos años. Carlos Hyde, su actual corredor, no ha sido una solución, pero Johnson apenas y sumó 345 yardas en la temporada. Lo cierto es que si los Texanos no firman a un receptor estelar vía agencia libre o selección colegial, seguirán como un ataque predecible, y peor aún, sin una pieza clave que era el binomio productivo (Watson-Hopkins) que sacaba a flote al equipo.

Sin más, este movimiento que manda a Hopkins fuera de un equipo donde era un protagonista indiscutible, me hace recordar uno muy similar e inexplicable, la salida en 2015 del ala cerrado Jimmy Graham de Nueva Orleans hacia Seattle por razones que aún no son del todo claras. Con números por demás destacados pero sobre todo con un dominio en la posición que lo ponía a la par de jugadores como Rob Gronkowski o Tony Gonzalez, el coach Sean Payton decidió cambiarlo y dejar a Drew Brees sin su arma principal.

Su salida fue una sorpresa, pero mayor fue aún que desde entonces no ha podido ser un jugador tan efectivo, al grado de que tan sólo tres años después Seattle lo cambio a Green Bay, donde por cierto ya es agente libre y seguro lo veremos en otro equipo para el 2020.

PD.

Por si alguien aún tiene duda de que los jugadores son meros iconos animados de un video juego, baste decir que Atlanta le dio las gracias a Devonta Freeman, quien hasta hace apenas un par de años era su corredor estelar y pieza clave de la ofensiva.

fernando.argueta1967@gmail.com