Opinión

Al Maestro, con el placer de aprender

Al Maestro, con el placer de aprender

Al Maestro, con el placer de aprender

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos…

Con la finalidad de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la función docente, fue en 1918 cuando se celebró por primera vez en México el Día del Maestro; a un año de que el presidente Venustiano Carranza firmara el decreto para su institucionalización, siendo la fecha protocolaria el 15 de mayo con motivo del quincuagésimo aniversario del triunfo del ejército mexicano sobre las tropas del Segundo Imperio establecido en México.

Hoy, con la amenaza del SARS-CoV-2 y con el confinamiento impuesto por éste, no tuvieron lugar los típicos festivales escolares, ni los eventos simbólicos de merecidos discursos y condecoraciones, pero sí las respetuosas y estimulantes felicitaciones y agradecimientos de las autoridades para con “todas nuestras maestras y maestros que son el alma de México”, independientemente de las tendencia y expresiones propias del magisterio.

En esta ocasión es menester sumarnos al reconocimiento del maestro como agente de cambio, como líder y transformador social, como sujeto histórico y como personaje esencial en los acontecimientos relevantes y significativos de la educación en México, a veces como opositor propositivo; otras; como coadyuvante en la consolidación de los gobiernos revolucionarios y postrevolucionarios, pero siempre dejando una herencia valiosa, conexionada a la cultura y a la política, para enfrentar el presente con fortaleza y dignidad.

Así, durante el porfirismo la situación económica y social, la pobreza y la marginación eran determinantes para el acceso, permanencia, rendimiento y continuidad escolar de miles de niños y jóvenes, sumándose a ello la falta de escuelas y presupuesto. También la condición de vida de los docentes era precaria, a pesar de la profesionalización obtenida en la Escuela Normal de Maestros, sin embargo, anteponían la convicción y el compromiso con la enseñanza para que se dejaran los métodos verticalistas de memorización y automatización de los saberes, y, con los valores morales de corte civil, rechazar el uso de la violencia como instrumento de la enseñanza.

Después de la lucha armada en que la participación de los maestros, aunque escasa, fue cualitativamente importante en su papel como ideólogos, secretarios y asesores de jefes revolucionarios (llegando incluso a la obtención de este grado), durante el gobierno de Venustiano Carranza las protestas de maestros fueron constantes y su participación en la huelga general de 1916 tuvo gran importancia, exigiendo mejores condiciones de trabajo y salarios justos, pero también demandando una educación incluyente, humanista y de contenido social; una que estimulara la iniciativa, la creatividad, la reflexión y la participación de los educandos, basada en valores para una identidad nacional, y rescatando su carácter laico y científico, con lo que podríamos sugerir que los maestros tuvieron directa o indirectamente una influencia para las reformas constitucionales sobre los preceptos educativos.

Ahora, desde la promulgación de la nueva reforma educativa y de su legislación secundaria (Ley General de del Sistema para la Carrera de las Maestra y los Maestros; Ley General de Educación, y Ley de Mejora Continua en Educación), que dan vida a la Nueva Escuela Mexicana, y siendo el resultado de un gran acuerdo nacional, a todos los actores nos coloca en la sintonía transformadora de rectificar el rumbo ante la nueva normalidad de un mundo complejo, en que además de los seis puntos expuestos por el titular de la SEP con motivo del Día del Maestro, tenemos el deber de:

Trabajar por una sociedad educadora, del aprendizaje y del conocimiento que genere nuevas competencias transdisciplinarias para la reconstrucción del pensamiento crítico; por una educación de calidad, a distancia y digital basada en la tecnociencia, incluso más allá del Covid-19, del que debemos de sistematizar un aprendizaje significativo y socialmente útil.

Luchar por la coeducación igualitaria y equitativa con perspectiva de género; por la formación ciudadana, corresponsable y democrática en la construcción de una gobernanza nacional; por una educación que permita la movilidad social, pero como búsqueda inagotable del bienestar colectivo, y que haga frente a los desafíos que plantea la agenda 2030 en materia de educación y desarrollo sustentable y sostenible.

Trabajar por una educación para la paz, la libertad y la justicia; en contra de la corrupción, la impunidad y el delito, que promueva la inteligencia emocional y el manejo adecuado de los conflictos; por una educación financiera basada en principios y valores encaminados a la humanización de las actividades económicas; por una enseñanza de vida para preservar la salud pública y el bienestar, así como una formación ética de las juventudes que fomente su liderazgo para asumir las grandes transformación de nuestra época.

Así, vaya pues en este día el agradecimiento, la felicitación y el reconocimiento para quienes se dedican a la enseñanza continua y sin rupturas en los diferentes niveles educativos, con prácticas pedagógica y educativas innovadoras, y en cualquiera de sus modalidades de estudio.

Todos en un extraordinario cuerpo docente y en una inmensa y esplendida escuela ciudadana.

Twitter: @UlisesLaraCDMX