Cultura

Al perder el control, sentimos desprecio hacia nosotros mismos, dice Max Ehrsam

El escritor presenta su primer libro La noche que se me fue de las manos, que narra la historia de amor entre dos hombres que se derrumba por el uso de drogas. Es una novela gay, sin filtros, añade.

El escritor presenta su primer libro La noche que se me fue de las manos, que narra la historia de amor entre dos hombres que se derrumba por el uso de drogas. Es una novela gay, sin filtros, añade.

Al perder el control, sentimos desprecio hacia nosotros mismos, dice Max Ehrsam

Al perder el control, sentimos desprecio hacia nosotros mismos, dice Max Ehrsam

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La primera novela de Max Ehrsam, La noche que se me fue de las manos, narra la historia de amor entre dos hombres que no pueden estar juntos porque uno de ellos abusa de drogas recreativas. “Es una novela evidentemente gay, sin filtros en la parte sexual, pero cualquier persona que haya estado enamorada puede empatizar con los personajes”, explicó el autor en entrevista.

“La novela habla un poco de cómo se le escapó el control de las drogas a Nate, pero también de cómo se le fue Nate de las manos al narrador. Cómo se les fue en la relación.”

— ¿Qué hay que reflexionar en torno al uso de drogas recreativas?

— La historia describe el mundo de estos personajes, no está tratando de justificar ni de castigar ni de promover el uso de las drogas.  Describe el mundo de estos personajes que es sumamente específico, a uno  de ellos le va muy mal con el uso de las drogas, al otro personaje no le va tan mal, pero en ninguno de los momentos hay un juicio de valor ni por el narrador ni por el autor, es una parte meramente descriptiva.

El uso de las drogas es normal en el mundo en que ellos se desenvuelven. Éstas le dan una intensidad a la relación que probablemente no habría tenido sin su uso recreativo; aumentan los sentimientos de los personajes, tiran las barreras que las personas suelen construir cuando se desarrollan en sociedad.

Lo podemos ver cuando están en los antros, drogados,  sus encuentros son infinitamente más cachondos, se abrazan y  se dicen: No  nos podemos dejar ir, se ven a los ojos, se entienden, se comunican más efusivamente. Las drogas exacerban esta intensidad y amor que tienen de una manera honesta, no es artificial el amor que sienten, pero el ímpetu está exasperado por el uso de las drogas.

Y aunque los personajes están sumamente enamorados, se quieren mucho, no pueden estar juntos sencillamente porque uno de ellos está enfermo, quizá por todo aquello que no tuvo durante su infancia.

— El narrador le reprocha a Nate que justifique sus actos con base en su infancia, entonces ¿por qué introduces pequeños recuerdos de la infancia de otros niños a lo largo de la novela?

—  No necesariamente el narrador y el autor pensamos de la misma forma. El narrador tiene razón, está encabronado con estas justificaciones que Nate usa para explicar su comportamiento, pero al mismo tiempo, en el momento en que el narrador autoriza que su pasado empiece a entrar a formar parte de la misma novela, empezamos a entenderlo.

Al principio de la novela no entendemos muy bien cómo piensa, reacciona o siente, todo es demasiado inmediato. Es hasta el momento en que empezamos a vislumbrar su pasado que empezamos a conocerlo más a fondo.  El pasado sí juega un papel importante en los personajes y la presencia de otros personajes que entran y salen de la novela a manera de viñetas que indican que el pasado sí tiene una relevancia en la vida de los personajes.

— ¿Por qué el narrador se odia tanto?

— Cuando sentimos un desprecio tan grande hacia nosotros mismos, sea porque fallamos en nuestra relación, porque nos sentimos culpables, porque sentimos que estamos perdiendo el control de nuestra relación, de nuestra propia vida, sentimos desprecio hacia nosotros mismos. Primero sale como desprecio hacia todo lo externo en el mundo, es mucho más fácil odiar a todo lo que vemos y presenciamos indiscriminadamente, que darnos cuenta que en realidad con quien estamos encabronados es con nosotros mismos y que tenemos la autoestima hasta el suelo.

— ¿Por qué dejar tantas hipótesis?

— Invito al lector a que forme parte de la historia, a que entre en la novela y no sea exclusivamente un espectador más. Que sea un amigo de los personajes, que él mismo pueda decir: esto es lo que sucedió con estos personajes.

No quiero entregar un final contundente, no quiero decirles qué paso, ni si el personaje se infectó o no, ni si se vuelven a encontrar 20 años después, ¿para qué?  Lo que quiero es que las personas digan: la lógica de este personaje, que iba en esta trayectoria,  es esta, así que probablemente, esto pasó.