Alemania se halla conmocionada ante la masacre la noche del miércoles, en la que un terrorista de extrema derecha mató a nueve personas e hirió a otras cuatro, todas de origen ex extranjero, en un doble tiroteo perpetrado contra dos bares regentados por musulmanes en la ciudad de Hanau, a 20 kilómetros de Frankfurt, capital financiera de la Unión Europea.

Tras cometer la masacre, el terrorista huyó con el coche desde donde realizó los disparos mató a su madre, de 72 años, y se suicidó. La policía halló los cadáveres de ambos en el domicilio del sospechoso, al que acudieron los agentes hacia las 3 horas de la madrugada del jueves siguiendo la pista del coche.

El autor de la matanza xenófoba, Tobías Rathjen, de 43 años, dejó escrito una carta de 24 páginas, llena de ataques contra diversos grupos étnicos y concluye que “expulsar” a esas personas de razas no arias “no es la solución”, así que aboga por “aniquilar” a pueblos enteros de hasta 24 países de África y Asia. El panfleto supremacista va acompañado de un video de un minuto y 42 segundos en el que, en perfecto inglés, se dirige “a todos los estadunidenses” para advertirles de que su país está dominado por “sociedades secretas invisibles” que controlan la mente y de que existen “bases militares subterráneas donde se abusa y se tortura a niños pequeños”. Por último, sostiene que los medios de comunicación de masas “no tienen ni idea” y llama a informarse por otras vías para después pasar a la acción y luchar.

“EL RACISMO ES VENENO". En un mensaje a la nación, la canciller alemana, Angela Merkel, declaró que “el racismo es veneno; el odio es un veneno que existe en nuestra sociedad y que es culpable de demasiados crímenes".

Pero el dedo en la llaga lo metió el vicecanciller alemán, Olaf Shlolz, quien lanzó un duro mensaje a la clase política alemana al señalar que “no pueden obviar el hecho de que hay terrorismo de ultraderecha en Alemania 75 años después de la dictadura nazi. Tenemos que defender nuestra democracia liberal”.