Como ocurrió con el huachicol al inicio de la administración, el gobierno federal alista una estrategia contra el robo de gas LP, el cual se ha disparado en el último año.

En días pasados, Crónica difundió el aumento desmesurado de este delito: 440 por ciento a nivel nacional, a la luz de las tomas clandestinas reportadas por Petróleos Mexicanos.

“Sí, la estamos viendo (la estrategia), porque en efecto: ha crecido el robo de gas, pero ya se está atendiendo el problema”, dijo el mandatario.

Conforme a los datos de Pemex, durante los primeros seis meses del año la incidencia se cuadriplicó en relación a lo ocurrido el año anterior.

Mientras de enero a junio de 2018 se reportaron en todo el territorio nacional 119 tomas clandestinas de gas, en el mismo lapso de este 2019 se registraron 524, lo cual superó incluso las 122 contabilizadas durante todo el año pasado.

“No es lo mismo que en el caso de las gasolinas, pero sí creció y estamos trabajando para reducir este robo, eliminarlo”, aseguró AMLO, quien se comprometió a presentar un informe sobre el asunto.

El estado más crítico es Puebla, donde las tomas pasaron de 41 a 319 en el periodo comparado, lo cual representa un incremento de casi 800 por ciento.

Sin embargo, el fenómeno también subió en entidades como Estado de México, Tlaxcala, Veracruz, Hidalgo, Guanajuato y Querétaro. Por primera vez se sumaron a esta lista, Jalisco y Tabasco.

El presidente también ventiló otra modalidad delictiva en el rubro de combustibles, en especial en la parte sur del país: la venta de gasolina hurtada, aunque sin aditivos, la cual afecta a vehículos por su mala calidad.

“También trabajamos sobre otro tipo de robo que se está dando en el sureste, que tiene que ver con gasolina sin aditivos que se está vendiendo a precios más baratos, pero con muy mala calidad”, describió.