Raúl Arsenio Aguilar Tamayo, secretario de prevención, atención y seguridad universitarias, de la UNAM, adelantó que la conveniencia de colocar detectores de metales en las entradas al CCH Oriente, es un tema que ya están analizando los cuerpos colegiados que determinan las políticas de seguridad en la UNAM.

“Es un tema que ya forma parte de los análisis que se hacen en la universidad a través de los cuerpos colegiados que determinan las políticas de seguridad, como lo serían los accesos a los planteles. Se va a revisar la factibilidad, y en su caso cómo se reforzaría la revisión en los accesos”, dijo en conferencia a la que asistió junto con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

Aguilar Tamayo abordó el tema a unos días de la muerte de Aideé Mendoza, de apenas 18 años, quien murió tras recibir el impacto de una bala cuando estaba tomando clase en su salón del CCH Oriente.

Sobre la muerte de la joven que cursaba sexto semestre, Aguilar Tamayo comentó: “la investigación está en curso, y creo que hasta que no concluya, no se podrá saber si existió o no un arma al interior del plantel”.

CASO AIDEÉ. La Procuraduría capitalina cree, según sus pruebas periciales, que Aideé Mendoza Jerónimo estudiante de 18 años del CCH Oriente, murió a causa del impacto de una posible bala perdida calibre 9 milímetros, la cual fue disparada al menos a 300 metros de distancia de donde ella se encontraba el pasado lunes.

A raíz de esta situación alumnos de dicho plantel exigen mayor seguridad y control sobre armas de fuego, incluso la jefa de Gobierno de la Ciudad de México comentó el día de ayer que se fortalecerá el programa “Sendero Seguro” para darles certeza a los alumnos de que se cuidará de ellos dentro y fuera de los planteles.

La procuradora de justicia local, Ernestina Godoy, señaló que cada semana se reúne con autoridades universitarias de la ciudad para evaluar temas de seguridad, principalmente, en materia de narcomenudeo.

Afirmó que personal de seguridad de la UNAM recibe asesoría de la policía de investigaciones. Con esto, logran detener a narcomenudistas entre dos a tres veces a la semana.