Cultura

Aniquilar lo diferente, es el camino más fácil: Liliana Blum

La escritora duranguense habla de su reciente novela Cara de liebre, en la cual analiza las palabras aniquilación y crueldad. “A veces aniquilamos lo que nos incomoda, lo que está en nuestro camino y a veces eso incluye nuestros sueños o nuestra propia valía; entonces hay algo en los seres humanos que tiene que ver con la autodestrucción”

Aniquilar lo diferente, es el  camino más fácil: Liliana Blum

Aniquilar lo diferente, es el camino más fácil: Liliana Blum

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“Una cicatriz en un hombre es señal de valentía o de que perdió una guerra, pero en una mujer es un gran defecto porque es algo que se interpone en su belleza. A las mujeres se nos piden tres cosas muy difíciles: juventud, delgadez y belleza”, expresa la escritora Liliana Blum (Durango, 1974), a propósito de su reciente novela Cara de liebre, donde analiza las palabras aniquilación y crueldad.

Cuando las mujeres no encajan en los estándares sociales y estéticos, se vuelven invisibles y desechables, añade la autora. “Algo en apariencia que es pequeño se puede volver tan importante y no sólo a los ojos de los demás, sino en la propia percepción, a veces somos nuestras peores jueces”.

Cara de liebre, editada por Seix Barral, narra el momento en que dos mujeres, Irlanda y Tamara, conocen a Nick, un músico de más de cuarenta años con pronunciado estómago, alcohólico, estatura en el límite del enanismo y mantenido económicamente por sus padres, defectos que el personaje presume.

“Las cicatrices nos hacen lo que somos, para bien o para mal. Pero ¿cómo construimos a los hombres y mujeres en esta sociedad? Hay hombres conscientes de su cuerpo y a la mayoría no les importa si huelen mal o tiene otro defecto. Nick es todo lo malo de la sociedad mexicana y, sin embargo, todos conocemos a un Nick, estos hombres solapados por sus propias familias que pueden embarazar a una chava y luego a otra porque nunca se hacen responsables”, indica.

Blum opina que nuestra sociedad perdona que los hombres sean viejos y gordos sólo si tienen poder. “Tienen un margen de movimiento más amplio que las mujeres por estos procesos sociales que nos envuelven”.

La autora escribe en la novela que la aniquilación de lo diferente e incómodo es un camino más fácil que la aceptación e inclusión.

“A veces aniquilamos lo que nos incomoda, lo que está en nuestro camino y a veces eso incluye nuestros sueños o nuestra propia valía; entonces hay algo en los seres humanos que tiene que ver con la autodestrucción”, destaca.

-¿Destruir y luego existir?

-Es lo más sencillo. Si vemos una noticia de una mujer que está salvando perros en pleno huracán hay quienes comentan: ¿y los niños? Siempre que hay alguien que construye ya sea un invento, un negocio o una buena acción, pero es más fácil abrir la boca o sentarnos frente la computadora y estar criticando lo que hacen los demás. Es tan sencillo destruir y es tan difícil crear cualquier cosa, desde un puesto de tacos hasta una vida.

PRIMER AMOR. En Cara de liebre, Liliana Blum reconstruye la infancia y juventud de sus protagonistas mujeres. En el caso de Irlanda, narra cómo la cicatriz de la cirugía por labio leporino genera el rechazo de sus compañeras de escuela y de todos los hombres. Con Tamara, la autora describe la inseguridad que dejó en ella la relación con su maestro de pintura.

-¿Infancia es destino?

-No en su totalidad. Creo mucho en el libre albedrío. Nuestra vida y las cosas que nos pasan combinado con nuestro carácter y fortaleza, son factores que se combinan y nos llevan a ciertos lugares de la vida donde podemos tomar distintas decisiones.

“Se nos hace muy fácil juzgar a la gente, pero no es lo mismo tomar una decisión estando a la orilla del precipicio a estar acostados en un sofá. Infancia no es destino, pero infancia y vida te pueden llevar a ciertas posiciones donde las opciones serán más limitadas. Es una combinación muy compleja”, responde.

-¿La literatura sirve para escarmentar en cabeza ajena?

-La literatura ayuda, es como si nos inyectaran recuerdos de alguien más que vivió otras cosas, en otra época y de otra manera. Entonces si lo vemos con atención e inteligencia, podemos aprender de las experiencias de otros a través de los libros.

La novela de Blum también reflexiona sobre las memorias que lastiman. “Las memorias son una muestra muy subjetiva de nuestro pasado y es lo que tenemos para juzgar nuestro presente”, comenta.

Por ejemplo, agrega la autora, el personaje Tamara es una joven con la que la mayoría de las mujeres podría identificarse: querer a un hombre que no te ama. Y recordar ese momento es un ejercicio de aprendizaje, indica Blum.

“Todas nos hemos aferrado a estar con alguien que no nos conviene y hay algo que nos impide verlo. Tiene que ver con las primeras experiencias amorosas y de las cuales nadie nos prepara. De jovencitas somos la presa fácil de gente depredadora, si tenemos la suerte de que nuestra primera relación sea con alguien de nuestra edad o con alguien que genuinamente nos ame, quizá podemos aprender sin tantos golpes del primer amor”, afirma.