Opinión

Año de mucho más que lenguas indígenas

Año de mucho más que lenguas indígenas

Año de mucho más que lenguas indígenas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La ONU proclamó el año 2019 como el año de las lenguas indígenas y siendo México uno de los países con mayor presencia de comunidades indígenas en el mundo, tendrá un papel preponderante para contribuir al respecto.

Cabe destacar que si bien me parecen loables los esfuerzos por la preservación de las lenguas indígenas, pueden ser insuficientes si no entramos a la raíz de lo que endolingüísticamente encierran cada una de ellas. Es decir, a la llegada de los españoles a México arribaron con un pensamiento derivado de un método filosófico que tiene como origen el Verbo, como reza la Biblia ¡Hágase la luz! para que la luz se hiciera y con la luz todo lo que pronunciara el Verbo. Como diría Leopoldo Zea “todo antes del verbo, nada después de el”.

Derivado del Verbo, el pensamiento occidental, define la aparición del Logos que es la explicación racional del universo y finalmente la manifestación de una filosofía. El europeo al llegar a México no comprendió y no encontraba un sistema de asociación entre sonidos, ideas y gestos, por lo que asumió la inexistencia de un Verbo o idioma; a lo mucho (con el tiempo) le dio la categoría de dialecto, pero, si no tenían verbo menos tendría ante sus ojos un logos y por ende no concebían la capacidad de razonar en el índigena y  lo vieron indígena como una especie de subhumanidad que mucho menos podría llegar a una filosofía, cuando mucho le reconocieron una cosmovisión.

Ante lo provocador que pueda ser el párrafo anterior, los festejos de este año, no pueden quedarse exclusivamente en la preservación de la lengua y el folklore, sino que se requiere salir de la caja y renacer los preceptos filosofóicos y códigos culturales del verbo. Al respecto, mi maestro en endolingüística, el doctor Joseph Elías Meullemans (QEPD), solía poner de ejemplo la frase del filósofo de Güémez que dice “estamos como estamos, porque somos como somos”, si quisiéramos traducir esta frase al inglés la diríamos como “we are as we are, because we are as we are”, es decir, para una persona que habla inglés o cualquier lengua de origen germánico, tendría la misma validez decir “yo soy en Berlin” a decir “yo estoy en Berlín”, pero que al traducirlo al español la connotación del ser y el estar hace toda la diferencia en el proceso racional. La mayoría de las escuelas sólo enseñan y se reducen a traducir, pero no transmiten la filosofía del verbo aún cuando ello es más importante para poder comprender al otro.

Por ejemplo, los huicholes no utilizan en su vocabulario la palabra “Yo”, de allí que todo el proceso racional adquiere dimensiones prácticamente incomprensibles para el pensamiento occidental y que en estos momentos de tanta crispación, regresar al “nosotros” es primordial. O al hablar el náhuatl, las palabras siempre van ligadas a una explicación dual de la naturaleza, por ejemplo, Cuauhtémoc en una simple traducción se interpretaría como “águila que desciende”, pero quien conoce la filosofía náhuatl puede comprender que se refiere al momento en que el águila se lanza por su presa, haciendo cálculos exactos después de una larga observación, para finalmente tomar a la presa, levantarse y volver a emprender el vuelo.

No tengo la menor duda que aquellos pueblos poseedores del verbo sagrado que logren transmitir la filosofía que milenariamente encierran al hablar para que sea un sistema de pensamiento de uso para toda la humanidad y nos dote de sabiduría para ser mejores seres humanos, no sólo preservarán su lengua, sino que estarán aportando el eslabón que hace falta para el renacer humano desde México.

madrugacesardaniel@gmail.com
Twitter: @CesarG_Madruga