El Senado del estado de New Hampshire aprobó este jueves abolir la pena de muerte a pesar de la oposición del gobernador Chris Sununu, quien a comienzos de mayo vetó esta medida, que ya había recibido el respaldo de las dos cámaras del Congreso estatal.

“Hoy el Senado de Nuevo Hampshire votó por 16-8 anular el veto, lo que deja sin efecto la pena de muerte en New Hampshire”, anunció el Congreso.

El estado de la costa este estadunidense se convierte así en el vigesimoprimero en liquidar formalmente el castigo capital, aunque llevaba ya décadas sin aplicarlo.

Ningún ciudadano ha sido ejecutado en el estado de New Hampshire en los últimos ochenta años y en estos momentos tan sólo uno aguarda su suerte en el corredor de la muerte. Se trata de Michael Addison, quien a pesar de la nueva ley no podrá beneficiarse de la misma con carácter retroactivo, al haber sido condenado en 2008 por la muerte de un oficial de policía.