Opinión

Apatzingán, Morelia, el funesto ejemplo de la violencia en México

Apatzingán, Morelia, el funesto  ejemplo de la violencia en México

Apatzingán, Morelia, el funesto ejemplo de la violencia en México

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
LIC. ALEJANDRO ENCINAS,SUBSECRETARIO DE GOBERNACIÓN:

+La violencia es el último

recurso del incompetente

Isaac Azimov
Casi todos sabemos de la violencia que cunde por los rincones, llanuras, costas y montañas de nuestro país, pero muy pocos son los enterados de la gravedad total del tema, porque creo que Luz Paula Parra Rosales es la primera en publicar algunas cifras en la revista Foreign Affairs Latinoamerica.

Partiendo de los recientes hechos violentos en Apatzingán, Morelia, que no terminan, lamentablemente, de ocurrir, la doctora en Estudios de Paz y Resolución de Conflictos afirma que “México vive una crisis humanitaria sin precedentes, que ha tenido importantes repercusiones nacionales e internacionales” y relata la grave situación que, repito, muy pocos conocen a fondo. Por ello te transcribo unos párrafos que corresponden a sólo dos años en la vida del país.

Y son de pavor, como verás…

“… La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública estima que en México, entre 2017 y 2018, más de un millón 133 mil 41 personas cambiaron de domicilio para protegerse de la violencia. De ellas, más del 69 por ciento corresponde a hombres. En el caso de Apatzingán, Morelia, el fenómeno migratorio provocado por la violencia local ha generado movimientos poblacionales importantes: el desplazamiento interno forzado y la emigración legal o ilegal a Estados Unidos. Algunas de estas migraciones han sido reactivas o preventivas, para huir por miedo a la violencia o al reclutamiento forzado, para negarse a sufrir extorsiones y a ser expulsados por grupos criminales que quisieron arrebatarles sus propiedades.

“En relación con el desplazamiento interno forzado de personas, los apatzinguenses afectados han emigrado a diversos centros urbanos vecinos, pero sobre todo a Tijuana, la capital de Baja Califoriana norte. Entre las consecuencias más notorias de este desplazamiento, destaca el que muchas de las personas desplazadas se establecen en zonas marginadas con muy pocos servicios públicos y, en el caso de Tijuana, con muy altos niveles de violencia e inseguridad, lo que deteriora aún más su precaria situación personal y familiar y refuerza los ciclos de pobreza y violencia estructural.

“Los desplazados tienen pocas posibilidadeds reales de escapar de las circunstancias que los llevaron a dejar su comunidad, por la falta de condiciones objetivas para mejorar su bienestar. Además, en muchos casos los desplazados apatzinguenses sufren el rechazo explícito de la población receptora, que los ve con desconfianza y con una fuerte carga de prejuicios. Por eso, muchos deciden cruzar la  frontera y trasladarse, sobre todo, a Los Ángeles en busca de asilo político o de alguna otra forma de migración legal o ilegal para aprovechar las redes familiares históricas que se han creado ahí.

“En México, el desplazamiento forzado interno es todavía poco conocido y, por tanto, no cuenta con un marco legal adecuado de atención y protección. Tampoco hay un registro oficial de desplazados y el primer informe gubernamental sobre el fenómeno, de alcances limitados, es apenas de marzo de este 2019…”

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