Miles de estudiantes argelinos volvieron ayer a salir a las calles del país para protestar por tercer día consecutivo contra la decisión del presidente Abdelaziz Bouteflika, de optar por un quinto mandato, cuando el pasado domingo un representante del gobernante presentara oficialmente su candidatura.

El mandatario está desde el pasado 24 de febrero ingresado en un hospital de Suiza sin que haya transcendido cual es su estado ­real de salud. De hecho, desde que en 2013 sufriera un infarto cerebral, Buteflika, de 81 años, no ofrece discursos ni aparece en público, por lo que algunos lo consideran un presidente “fantasma”.

Al grito recurrente de “Had chaab la yurid la Buteflika la Said”, (este pueblo no quiere ni a Buteflika ni a Said) en referencia a su hermano o “Poder asesino”, los estudiantes intentaron marchar a la plaza de la Grand Post, epicentro de la capital, Argel, pero se toparon con un férreo dispositivo policial.

La policía sólo dejaba avanzar, con extremada lentitud y mucha precaución, a los automovilistas, que en la mayoría de los casos secundaban la protesta haciendo sonar el claxon de sus vehículos.

Avanzada la tarde, los granaderos volvieron a utilizar botes de gas pimienta para dispersar la manifestación, que tras verse desbordada, se esparcía por las escarpadas callejas que comunican las principales arterias de la capital.

Los universitarios colgaron del edificio de la facultad un gran cartel que rezaba “los estudiantes argelinos están contra el quinto mandato”.

Las protestas empezaron el pasado 22 de febrero y desde entonces han ido creciendo de forma sostenida hasta desbordar el pasado viernes la capital, en la mayor manifestación que se recuerda en la última década.