Opinión

Aristóteles, el emperador Adriano de Yourcenar, el INE, las furias morenistas y el fanatismo.

Aristóteles, el emperador Adriano de Yourcenar, el INE, las furias morenistas y el fanatismo.

Aristóteles, el emperador Adriano de Yourcenar, el INE, las furias morenistas y el fanatismo.

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Para Aristóteles, la excesiva concentración el poder es un problema cardinal. De no gobernarse para todos, un gobierno se desvía. Los gobernantes de hoy (y de todos los tiempos) deberían leer a los clásicos. Memorias de Adriano (1951) de Marguerite Yourcenar resulta un clásico contemporáneo, novela en la que van implícitas muchas de ideas de los grandes pensadores griegos y romanos. Dice Adriano: “Lo esencial es que el hombre llegando al poder haya probado luego que merecía ejercerlo”. En términos nuevamente aristotélicos la mejor polis, es decir, una comunidad política administraba por sí misma, que es la ciudad-estado, se relaciona con la distribución del poder político. Así pensaban los griegos que, sin saberlo, trazaron sus ideas en la cultura romana. Desde luego, hubo quienes concentraron el poder. De eso se trata, más o menos, creo yo, lo que debemos reflexionar acerca del acaparamiento de poder del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Para qué tanto afán de poder si algún día él, sus seguidores y todos los demás nos habremos de morir y seremos cadáver, polvo, sombra, nada?

Cercanos a las elecciones de junio, el presidente se apresta a que su partido gane todo lo posible, sobre todo a que el control de la Cámara de Diputados continúe recayendo en las curules morenistas. Para eso utilizan un contra discurso que empuñan como cuchillito de palo los representantes de la Cuatroté, emulado del que repite el señor presidente, en relación a los procedimientos del Instituto Nacional Electoral (INE) para los próximos comicios. Este contra discurso impone la falsa concepción de que el INE quiere impedir comicios limpios para librarse de que el partido en el poder, MoReNa, gane de nuevo la mayoría en el Congreso nomás porque sí, porque le da la gana a sus consejeros. En las “redes sociales”, los seguidores de Andrés Manuel López Obrador machaquean la maldad y la inclinación al chanchullo de los consejeros del INE, cuya institución que ha sido en México un gran logro democrático desde su instauración (primero fue IFE, Instituto Federal Electoral, que se formó en los años noventa del siglo pasado). Se trata de un órgano constitucional autónomo. Antes, la Secretaría de Gobernación organizaba las elecciones. El INE hoy sistematiza los procesos electorales libres, equitativos y confiables para ejercer los derechos de los votantes. El régimen actual, cuyo partido es MoReNa, surgió de la coalición Juntos Haremos Historia, que aglutinó a pequeños partidos. Gracias a esto, MoReNa consiguió un buen número de diputados plurinominales. Raúl Trejo Delarbre, el lunes, y el martes, tanto Jacqueline Peschard como Francisco Báez, explicaron en sus artículos en La Crónica de hoy lo que el INE juzga pertinente en estos momentos , frente a la visión mayoritaria de un solo partido. Y es que después de que ganara las elecciones Juntos Haremos Historia obtuvo la mayoría en la Cámara de Diputados en 2018 y consiguió 308 diputaciones. Sin embargo, la Constitución, artículo 54, dicta que ningún partido político podrá contar con un número de diputados que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida. Viene a cuento esto, porque varios diputados de los partidos de la coalición de Juntos Haremos Historia, una vez ganadas las elecciones, simplemente se pasaron a engrosar las filas morenistas. Así alcanzó el partido en el poder para abril de 2019, la suma de 257 diputados, seis más que la mayoría absoluta.

Como todos sabemos, para que exista una Cámara que discuta y pondere las propuestas del poder ejecutivo debe haber oposición, es lo democrático, el que las voces y propuestas de los diferentes puntos de vista entren en juego y tengan validez. Este es hoy por hoy el cometido del INE. Claro está que los morenistas atacan al Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova. En un Tweet lo agredían diciendo que “él y su vasallos” preparaban unas elecciones sucias para favorecer al PRIAN.

No creo que del contra discurso, lleno de ardides y mentiras, puede surgir algo bueno. El miércoles el pleno de la Cámara de Diputados trató, hasta donde sé, las “imposiciones” del INE. Pedirán las cabezas de Lorenzo Córdova y de Ciro Murayama. Ay, dioses, qué abrumador el discurso de los morenistas y del Tlatoani, que arremete contra todo y contra todos si no ve pintado el panorama a su deseo.

Con verdadero fervor religioso, del lado ya del fanatismo, Antonio Attolini, a quien conocí cuando era muy muy joven, muy muy gentil y pertenecía a grupo de amigos de mi hijo, nada sectarios, tuiteó hace unos días que Andrés Manuel Andrés López Obrador “… está al nivel de Jesucristo, Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Mandela”. Su comparación con el hijo del Dios cristiano queda en la abstracción de lo inefable, aunque a muchos creyentes los ofendió. El símil con Gandhi, Mandela y Martin Luther King me parece una chifladura. Entretanto, quiere ser diputado por Morena, claro está. Decía el Adriano de Yourcenar “(…) olvidaba que en todo combate entre el fanatismo y el sentido común, pocas veces logra este último imponerse”. ¡Qué horror!

¿Así seguirá ocurriendo en los próximos años bajo la égida morenista?