El Parque Bicentenario de la Ciudad de México fue el lugar elegido para llevarse a cabo la visita de uno de los mejores dj’s del mundo Armin Van Buuren esto como parte de su proyecto A State Of Trance que a su vez sirve de plataforma para diversos Dj como Marlo, Cosmic Gate, entre otros.

Con más de 25 mil asistentes deseosos de moverse al ritmo de la música electrónica, portando las ya tradicionales coronas de flores, banderas mexicanas en la espalda, lentes de sol y pintura fluorescente en la cara, así poco a poco el festival iba llenando de color los jardines del Parque Bicentenario.

Instalados los dos escenarios, el encargado de abrir el festival y el primero en poner a la gente a brincar fue Leo Reyes. Simultáneamente en el escenario principal, Spencer Brown hacia su aparición con su mezcla cósmica mientras los asistentes aplaudían todos en una misma sintonía que los transportaba fuera de este mundo.

La gente no paraba de llegar, la fiesta apenas empezaba y el siguiente en subir al escenario fue Rubén De Ronde al igual que Elevven llenando de luz y energía el suelo del parque Bicentenario.

Si había una palabra que definiera a lo que se vivía en el lugar, era inclusivo. Miles de personas diferentes pero iguales; integrantes de la comunidad LGBTT y más, conviviendo, divirtiéndose abrazados y de la mano, todo por un sólo motivo: la música.

Las expectativas subían cada vez más y la espera ya era menos para ver por fin a Armin Van Buuren. Y fue en punto de las 22 horas  y sin dar descanso alguno a los asistentes, uno de los mejores dj’s del mundo enseñó de lo que está hecho y por qué es nombrado de tal manera. Con un breve “Hola México, ‘¿están listos?” comenzó la locura dejando extasiados a cada una de las personas que por dos horas brincaron, sudaron y gritaron sin parar cada uno de sus éxitos: “Something real”, “Jump”, “Alice’s story”, “Cosmos” y “The count” sonaban y destrozaban el escenario y gargantas mientras el dj neerlandés de 42 años tomaba la bandera mexicana mientras portaba un sombrero de charro que aterrizó en el escenario de forma casi mágica.

La noche eléctrica daba sus últimos signos de vida pero la gente demostraba estar más viva que nunca, como últimos números de la velada Marlo y John Askew se adueñaban y remataban lo que fue una jornada explosiva.  Las luces de neón inundaban la vista, vasos de chela tapizaban el piso y celulares iluminaban hasta el más oscuro rincón, fue así como Whiteno1se y Will Atkinson pusieron fin al esperado festival que se prolongó pasadas las 2 am dejando exhaustos pero felices a las más de 20 mil personas que se dieron lugar en el Parque Bicentenario.