Metrópoli

Arrendatarios convierten cocheras en chelerías; les clausuran y cambian de casa

La nueva práctica del hampa se registra en la alcaldía de Xochimilco; ya van cinco casos. Al verificar las viviendas los funcionarios de la alcaldía y del Invea, son clausuradas, y tras la sanción, las personas que rentaron abandonan el espacio y dejan el problema a los propietarios.

La nueva práctica del hampa se registra en la alcaldía de Xochimilco; ya van cinco casos. Al verificar las viviendas los funcionarios de la alcaldía y del Invea, son clausuradas, y tras la sanción, las personas que rentaron abandonan el espacio y dejan el problema a los propietarios.

Arrendatarios convierten cocheras en chelerías; les clausuran y cambian de casa

Arrendatarios convierten cocheras en chelerías; les clausuran y cambian de casa

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En Xochimilco —en los últimos meses— se han registrado casos en los que algunas personas rentan sus casas y los arrendatarios, en cuestión de unas semanas convierten los patios o las cocheras en chelerías, disfrazadas de negocios de comida rápida.

Cuando son verificadas por funcionarios de la alcaldía y del Invea, las viviendas son clausuradas, por lo que, después de la sanción, las personas que rentaron abandonan el espacio y dejan el problema a los propietarios.

Crónica registró dos casos con denuncia oficial y tres que no han podido demandar ni quitar los sellos debido a que el negocio no está a su nombre, a pesar de ubicarse en su propiedad.

Uno de estos se registró en la colonia Huichapan, justo en la calle 20 de noviembre.

Verificadores de la alcaldía notificaron a los arrendatarios que debían suspender las actividades en el lugar, ya que, además de incumplir con requisitos indispensable, como un plan de protección civil, vendían bebidas alcohólicas sin autorización.

Incluso confirmaron que en el lugar, que está cerca una escuela primaria, menores de edad compraban cerveza.

“Como resultado de diversas quejas presentadas hacía el negocio Cars, en coordinación con personal del Invea, impuso sellos de suspensión de actividades en el establecimiento debiendo ser clausurado de forma definitiva por vender bebidas y licores sin autorización”, se le informa a los arrendatarios a través de un documento con el logotipo de la alcaldía.

A pesar de la suspensión, el líder de franquicia de hamburguesas, cuyo nombre es Jonathan, hizo caso omiso, y rentó otra vivienda en la colonia Jardines del Sur, aledaña a la de Huichapan (donde cerraron el otro establecimiento), y continúo instalando sus mesas, refrigeradores, parrillas y hasta las cervezas, que sacó de la vivienda clausurada.

Fernanda, quien rentó su casa a este grupo de personas, lo hizo sin saber que una semana después convertiría su patio en una cheleria.

“Renté la casa, incluso tras varios días de plática le baje un poco la renta, días después, al pasar por el frente me doy cuenta que el patio lo está pintando y colocando mesas, sillas y hasta unos refrigeradores; al principio pensé que iba a tener una reunión pero después los vecinos me comentaron que ya vendía tacos”, explicó la mujer.

Crónica visitó la zona y platicó con algunos vecinos, quienes coincidieron que quien atiende el puesto de comida se llama Jonathan.

Contaron que por las noches llegaban comensales a comprar cervezas y cocteles de bebidas alcohólicas que Jonathan el preparaba.

El lugar también fue clausurado por la alcaldía. Y Jonathan hizo lo mismo: huyó dejando el problema a Fernanda.

“Vendían hasta tarde, en especial los viernes y sábados, y metían de todo, botellas de tequila, whisky y sus chelas, de todas las marcas, y cuando cerraban ya se ponían a hacer fiesta, música toda la noche y dejaban un mugrerío afuera de las casas”, dijo la señora Carmen, otra locataria de la zona.

La casa de Fernanda se encuentra actualmente sin gente, debido a que el Invea, junto a la alcaldía Xochimilco, clausuró su casa.

En la puerta colocaron calcomanías con el número de expediente E-160112-19. No pueden ser retirados, aunque ya no opere el negocio de hamburguesas, porque se incurriría en un delito.

“Intente denunciar pero no lo logré, pues en el MP me dijeron que yo no soy la inculpada sobre la venta de alcohol sin permiso, y no puedo quitar los sellos de mi casa porque me pueden sancionar a mí, ahora no puedo rentar la casa porque la gente no le da confianza ver las calcomanías de la alcaldía aquí”, explicó la señora.

Otro vecino que fue víctima, en cuya accesoria también fueron colocados sellos de clausura —en su casa de la colonia Huichapan con número de expediente E-160192-19—, contó a Crónica que, además de usar su cochera para venta de comida y licores, dejó daños materiales su hogar.

“Ventanas rotas, cochambre, paredes a medio pintar, arrancaron la estufa y me dejaron una cuenta altísima del gas, y este tipo se hace el loco y no quiere pagar”, explicó Roberto, otra víctima.