Un periodista de la televisión privada y de varios medios griegos, especializado en información criminal, murió este viernes asesinado a tiros ante su domicilio en Atenas, sin que se conozca el trasfondo del homicidio.

Según las primeras informaciones, Yorgos Karaivaz recibió numerosos disparos, pues tenía en el cuerpo de 5 a 6 impactos de bala y en el lugar se han encontrado al menos 15 casquillos.

Karaivaz fue asaltado cuando acababa de estacionar su coche tras regresar del trabajo en el canal privado Star, hacia las dos de la tarde.

Su cuerpo sin vida fue hallado junto al automóvil estacionado en un pequeño parque cercano a su domicilio.

La policía ha lanzado una amplia operación de búsqueda para dar con los autores, que aparentemente iban en una motocicleta y huyeron del lugar inmediatamente después del ataque.

Según los primeros datos de la Policía recogidos por los medios, el periodista no había manifestado haber recibido amenazas y nunca había presentado una solicitud de custodia policial.

El periodista no solo trabajaba para la citada cadena sino también para prensa escrita y además tenía una página web especializada en investigación policial.

El asesinato ha sorprendido y alarmado a Grecia, donde muchos creen ya que su trabajo relacionado con temas criminales y de la policía podría estar relacionado con el homicidio. Sin embargo, la policía no ha dado todavía ninguna línea de investigación.

RAROS CASOS EN EUROPA

Mientras el asesinato de periodistas es común en América Latina, y especialmente en México, estos casos son muy raros en Europa. Este es, por ejemplo, el segundo asesinato de un reportero en 11 años en Grecia, tras el precedente de Sokratis Giolias, asesinado por un grupo terrorista de extrema izquierda en 2010.

Existen algunos casos más recientes en el continente europeo: Especialmente llamativo fue el asesinato de la maltesa Daphne Caruana en 2017, con una bomba colocada en su coche. Su trabajo de investigación contra la corrupción estuvo directamente relacionado con el crimen, y la policía llegó a detener en su yate al propietario de la compañía 17 Black, que figuraba en los Papeles de Panamá y sobre la cual Caruana había escrito poco antes del crimen.

Otro caso es el del esloveno Jan Kuciak, un joven de 27 años que fue asesinado a tiros junto a su novia en su casa en 2018. De nuevo, su trabajo como periodista de investigación contra la corrupción estuvo en la raíz del doble crimen.

Fue muy llamativo en 2017 el asesinato de la reportera freelance sueca Kim Wall, a manos del emprendedor Peter Madsen a bordo de su submarino. La periodista acudió para entrevistar al hombre, pero el hallazgo del cuerpo de Wall desmembrado dentro del submarino hundido no deja claro si el crimen estuvo relacionado con la labor profesional de la periodista o fue un crimen machista. Madsen fue condenado a cadena perpetua.

En 2019 también falleció la reportera norirlandesa Lyra McKee, después de recibir un disparo en la cabeza por parte de un pistolero del grupo terrorista Nueva IRA, en un enfrentamiento con la policía. Su muerte, sin embargo, fue fortuita.

Con información de EFE.