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Así fracasó la plataforma COVAX, que prometía vacunas para todo el mundo

La avaricia y egoísmo de los ricos hizo descarrilar el proyecto; este mismo jueves varios países europeos se negaron a aplazar las terceras dosis. Pero la iniciativa también ha errado.

Así fracasó la plataforma COVAX, que prometía vacunas para todo el mundo

Así fracasó la plataforma COVAX, que prometía vacunas para todo el mundo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Cuando la mayoría de los países europeos, y parte de los americanos, se encontraban encerrados, guardando cuarentena, y poco después de que se completaran las primeras secuenciaciones del ADN del SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dio cuenta de que la carrera por encontrar una vacuna contra la enfermedad ya había comenzado.

Por ello, el 20 de ese mes de 2020 se fundó el programa COVAX, destinado a garantizar el acceso a las vacunas a los países pobres o que atravesaran dificultades, y en el que la OMS colaboró con fuentes de financiamiento público y privado. Por ejemplo, la Fundación Bill y Melinda Gates, uno de los principales donantes de la OMS participó en la plataforma a través de Gavi, la Alianza para la Vacunación (así se llama), una iniciativa en la que son socios mayoritarios. El famoso fundador de Microsoft y su ahora ex esposa también intervinieron en COVAX a través de la CEPI, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias, fundada en el Foro de Davos de 2017.

El mundo se había preparado durante décadas para un evento así; por ejemplo, George W. Bush creó un manual para enfrentar epidemias en 2005 tras quedar traumatizando viendo Estallido, la película de ficción sobre una epidemia de ébola en Estados Unidos. La creación del CEPI es buena muestra de ello también, y el ahora famoso Instituto de Virología de Wuhan se especializó en investigar coronavirus de murciélagos precisamente para saber más sobre su alto poder de contagio.

Inicialmente, la ambición de los dirigentes de la OMS, entre ellos y de manera más relevante su jefe, el doctor etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, los llevó a prometer que COVAX distribuiría 2 mil millones de vacunas antes de final del año 2021. Estos servían para aplicar al menos una dosis a más de uno de cada cuatro de los 7 mil 800 millones de habitantes del planeta y para inmunizar completamente a más de uno de cada ocho. O más, puesto que vacunas como la de la firma china CanSino Biogenics o la de Janssen, histórica farmacéutica afiliada ahora a Johnson & Johnson prometían una alta eficacia con una sola dosis en lugar de las dos que requiere la mayoría de vacunas, como las de Pfizer/BioNTech, Moderna o AstraZeneca.

“FRACASO MORAL CATASTRÓFICO"

Desde que las campañas de vacunación comenzaron en diciembre de 2020 en los países ricos, el doctor Tedros ha denunciado un “fracaso moral catastrófico” y ha criticado el “nacionalismo de vacunas”, pero todo ello ha caído en saco roto: Con los datos que había disponibles a finales de mayo, la plataforma COVAX apenas ha distribuido 90 millones de dosis.

¿Cómo puede ser? Porque mientras COVAX llegó a un acuerdo con AstraZeneca para comprar 300 millones de dosis de forma anticipada, los demás países ricos, desde Estados Unidos hasta Japón, pasando por Reino Unido, Alemania y Canadá, llegaron a acuerdos similares con esta y otras farmacéuticas. Como señalaba un reportaje del portal Vox en abril de 2021, el 96 por ciento de las dosis que Pfizer preveía fabricar hasta finales de año, y el 100 por ciento de las de Moderna, ya estaban compradas, y no por COVAX. Este patrón se repitió con la mayoría de vacunas: En esas mismas fechas, países que representan el 16 por ciento de la población mundial acumulaban más de la mitad de dosis disponibles.

Este fiasco ha permitido que las variantes más potentes que conocemos hoy, como, sobre todo, la delta, hayan surgido en países pobres o en vías de desarrollo, como India, Sudáfrica o Brasil, donde las campañas de vacunación están a las antípodas de las de EU, Israel, Reino Unido o España.

En América Latina, según lamentó este miércoles la Organización Panamericana de la Salud, solo el 18 por ciento está vacunado por completo, y en África la situación es peor. Según dijo la OMS el miércoles, allí apenas se ha llegado al 5 por ciento de población vacunada con una dosis, y del 1.58 por ciento inmunizada de manera completa.

TERCERAS DOSIS, VAN SÍ O SÍ

Esto se podría haber evitado, pero una vez estando donde estamos, tanto las farmacéuticas –parte interesada— como los países ricos comenzaron a plantearse aplicar terceras dosis, e Israel ya ha comenzado a hacerlo. Esto sitúa al mundo ante el abismo de una mayor desigualdad, pues quienes pueden aplicarla son los mismos que compraron dosis para vacunar hasta cuatro veces a su población, como los países de la Unión Europea, y luego se negaron a entregar las que les sobraban a la COVAX.

Por ello, la OMS reclamó este mismo miércoles a los países ricos esperarse dos meses para comenzar a aplicar estos pinchazos, y confió que esto sirviera para lograr vacunar a al menos el 10 por ciento de la población en todos los países del mundo. Sin embargo, este jueves Francia, Alemania y Reino Unido reiteraron su intención de comenzar con las dosis de refuerzo después del verano, lo que augura que la súplica de la OMS terminará ignorada.

MÁQUINA DE GENERAR DINERO

Moderna se sumó también este jueves a Pfizer y Sinovac en su sugerencia de que será necesaria la tercera dosis, debido al auge de la agresiva variante delta y la “fatiga” por las restricciones sanitarias provocarán un aumento de contagios.

Moderna, Pfizer, AstraZeneca y Johnson & Johnson ganaron en los primeros seis meses de 2021 de manera conjunta 24 mil 522 millones de euros, un 66 por ciento más que en 2020. Considerando que es justamente la desatención de los países pobres y superpoblados lo que genera el caldo de cultivo perfecto para la aparición de nuevas variantes del coronavirus, hace pensar que para la industria es más provechoso explotar este ciclo que vacunar a todo el mundo.

ERRORES CORREGIBLES

Sin embargo, aun con todo, COVAX ha tenido sus propios fracasos. Por ejemplo, su estrategia se basó en repartir las vacunas según la población de cada país, y no en función de dónde había los peores brotes que las hicieran más necesarias. A la vez, tampoco tuvo en cuenta la capacidad de los sistemas de salud locales de aplicarlas. Según señaló el Peterson Institute for International Economics (PIIE), Malaui tuvo que destruir 20 mil dosis de AstraZeneca 18 días después de recibirlas porque iban a caducar. Sudán del Sur decidió devolver otras 72 mil dosis por la misma razón. También The New York Times documentó que Chad recibió 100 mil dosis del suero de Pfizer a inicios de junio, y que cinco semanas después, solo había podido aplicar 6 mil de ellas. En Benín, agregó, solo se estaban aplicando 267 dosis al día, y le vencieron 110 mil dosis.

Los responsables de la plataforma COVAX, incluyendo a la Fundación y Melinda Gates han asegurado que están trabajando en mejorar sus criterios y mecanismos de distribución. No es demasiado tarde para evitar que a la variante delta le suceda una variante épsilon surgida en vaya usted a saber dónde, pero hay que actuar deprisa.