Cuatro estadunidenses murieron ayer, dos de ellos soldados, y otros tres resultaron heridos en un ataque suicida reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la ciudad de Manbech, en el norte de Siria, según confirmó el Pentágono.

El atentado se produjo en el restaurante Qasr al Umara, en el centro de Manbech, y dejó al menos 16 muertos y una decena de heridos, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

La coalición internacional contra el EI, liderada por Estados Unidos, había confirmado poco antes que varios soldados estadunidenses murieron en el atentado, pero no dio más detalles.

El Mando Central aseguró que está investigando la “explosión” en Manbech, y no identificó a los fallecidos porque, de acuerdo con el protocolo del Pentágono, deben esperarse 24 horas para poder notificar a sus familiares.

El ataque es el primero que tiene lugar desde que EU anunciara la retirada de sus tropas en Siria y después de que el 11 de enero comenzara el proceso de repliegue del norte del país, donde apoyaban hasta ahora a las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por kurdos.

El presidente estadunidense, Donald Trump, no hizo ninguna declaración sobre el atentado, como sí hicieron el vicepresidente Mike Pence, y la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, que envió su pésame y “amor” para las familias de los soldados, a quienes calificó de “valientes héroes”.

Pence, por su parte, insistió en que la retirada de las tropas responde a la derrota en el terreno del Estado Islámico, unas palabras que generaron polémica dada la autoría del atentado.