La capital de Kenia revivió ayer la pesadilla ­yihadista con un ataque a un lujoso hotel, en el que murieron al menos seis personas y decenas resultaron heridas.

Los terroristas de Al Shabab, procedentes de la vecina Somalia, hicieron explotar primero tres vehículos en la entrada del complejo; luego siguió una explosión “suicida” en el vestíbulo del hotel DusitD2, donde varios huéspedes sufrieron heridas graves. Tras casi ocho horas de tiroteos y de huéspedes y trabajadores del hotel huyendo despavoridos, las autoridades lograron retomar el hotel, donde en uno de sus restaurantes se encontraron con cinco cadáveres. La sexta víctima falleció durante su traslado a un hospital.

Al shabab, que lucha por instaurar una república islámica en el este de África, declaró desde su emisora: “Los no musulmanes son nuestro objetivo y vamos a matarlos allá donde se escondan de nosotros, pero no hay lugar para esconderse”.

Este incidente ocurrió justo tres años después del peor ataque de Al Shabab contra una base militar keniana en Somalia, donde 140 militares kenianos murieron.

La peor acción terrorista que ha sufrido Kenia fue el atentado de 1998 contra la Embajada de Estados Unidos en Nairobi, que causó más de 200 muertos.