Metrópoli

Aumenta inseguridad en Ecatepec en tiempos de confinamiento

Con días de diferencia, Crónica descubre dos casos de abuso, violencia e indiferencia de la policía municipal.

Con días de diferencia, Crónica descubre dos casos de abuso, violencia e indiferencia de la policía municipal.

Aumenta inseguridad en Ecatepec en tiempos de confinamiento

Aumenta inseguridad en Ecatepec en tiempos de confinamiento

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En tiempos de confinamiento y preocupación por el porvenir social, las consecuencias que sigue cosechando la pandemia han escalado a niveles que van más allá de la salud pública, evidenciando deficiencias y abusos que ponen en jaque la seguridad pública.

Una de las zonas popularmente marginadas por sus altos índices de violencia es Ecatepec, uno de los municipios más olvidados por su gobierno, en el que, entre otras cosas, sucede de todo, menos la justicia. Pese a que el INEGI informó que el año pasado la inseguridad nacional disminuyó dos puntos en comparación al 2018 – de 76% a 74% – la percepción social de los ecatepequenses al cierre del 2019 fue de 92%.

Hoy, bajo las indicaciones del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, las calles del “cerro del viento” han quedado desérticas en gran medida y sobre todo por las noches, horario de llegada de trabajadores que en su mayoría deben desplazarse a la capital del país para laborar por necesidad.

Y como si todo el contexto que ha bañado de violencia el municipio no fuera suficiente, los policías municipales, quienes debieran salvaguardar el bienestar de esos pocos ciudadanos que regresan a casa luego de exponerse a un posible contagio, han decidido tomar “medidas” para asegurar un ingreso adicional, arrebatándolo de las manos de los ciudadanos deliberadamente.

“Venía de trabajar, me bajé del Metro en la estación Ciudad Azteca y al salir a la avenida, vi a una patrulla acercarse a mí mientras hablaba con mi esposa por el celular. Me siguieron y luego me preguntaron que hacia dónde me dirigía, les expliqué que a mi casa, pero me subieron a la patrulla. Ya arriba me golpearon, me quitaron el celular y el efectivo que llevaba en la cartera. Me soltaron aquí atrás, a unas cuadras de la avenida”, explicó la víctima de asalto, quien caminó hasta Av. Central Carlos Hank González a la altura de la estación del Metro Ecatepec, en búsqueda de ayuda de algún ciudadano, puesto que a sus espaldas, se encontraba otra patrulla estacionada justo bajo el puente vehicular de la estación, a la que ya no quiso ni acercarse.

“Insistían en que les dijera dónde trabajaba y cuánto ganaba, pero vengo de pintar casas, a eso me dedico, ¡mírame! No tengo mucho dinero. Lo que más me preocupaba era que me secuestraran y luego pidieran dinero a mi familia para mi rescate. Finalmente encontré a alguien que me permitió hacer una llamada a mi esposa para decirle dónde me ubicaba, la persona me acompañó durante todo ese tiempo, pero yo no dejé de pensar en que pudieron ver mi dirección en la identificación que traía, ¿y si me buscan?”, cuestionó preocupado por las acciones que acostumbran realizar algunos uniformados que rondan las calles.

Sin embargo, no se trata de un caso aislado, aunque sí particular, ya que las formas de infringir sus obligaciones son diversas. A días de diferencia, otro caso de asalto tuvo lugar a hora similar y cercana al lugar del caso anterior.

Ubicadas en puntos “estratégicos” sobre la Avenida Central, se perciben algunas patrullas que dan la sensación de seguridad. Mientras otras transitan entre las calles cada determinado tiempo (entre 10 y 15 minutos), pero todo parece ser una simple pantalla, pues durante más de 30 minutos, no hubo oficiales que auxiliaran a un joven conductor de Uber que sufrió un robo durante la madrugada.

“Un auto me golpeó por atrás. Ambos nos orillamos – pensé que era un simple accidente –, pero al bajarme para ver el golpe, la persona que se encontraba de copiloto en el otro vehículo se bajó y me apuntó con un arma, me exigió que le diera las llaves del carro, a lo que respondí que se encontraban pegadas. Me amenazó y se subió a mi auto, así ambos se fueron”, dijo el conductor, quien se encontraba a la altura del Tecnológico de Ecatepec, cuando sucedió el robo.

Transcurrió el tiempo, pero ninguna unidad de policía pasó por el lugar, y por más que hizo señales a la patrulla que se encontraba estacionada bajo la estación del Metro, ésta nunca se acercó. Mientras continuaba caminando hacia la misma, abordó a un par de personas que se encontraban al interior de un vehículo estacionado. Ellos fueron quienes cedieron a su auxilio, pues en seguida consiguió que le prestasen un celular para llamar a sus familiares.

“El auto tiene sistema de GPS, así que si consigo acceder a él, pueden encontrarlo rápido y fácilmente”, aseguró. Fue entonces cuando finalmente una patrulla pasó por el lugar. Arriba iban tres oficiales, quienes sin inmutarse solo accedieron a radiar la situación, limitándose a decirle a la víctima que debía ir a la Unidad Administrativa del H. Ayuntamiento de Cd. Nezahualcóyotl (La Bola) para levantar una denuncia. A lo que el conductor solicitó que lo llevasen, pues en su vehículo había dejado su celular y cartera, pero los oficiales no quisieron brindarle la atención.

Así, con ayuda de los ciudadanos que lo auxiliaron, logró que le prestaran dinero para poder pagar un taxi que lo trasladara a dicho Ayuntamiento. Confirmando que Ecatepec es tierra de nadie, donde a los ciudadanos deben velar por su propia seguridad.