La crisis que vive Colombia a raíz de las discrepancias entre la Fiscalía y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) se agudizó este viernes después de que Jesús Santrich, exlíder de las FARC, fuera arrestado apenas segundos después de abandonar el penal de La Picota en silla de ruedas.

El tribunal de paz había ordenado la liberación de Santrich, después de rechazar una petición de extradición de EU por falta de pruebas, una decisión que provocó la dimisión del fiscal general, Néstor Humberto Martínez, y de la secretaria de Justicia, Gloria María Borrero.

Sin embargo, al abandonar la cárcel, Santrich vio cómo agentes de la Fiscalía le leyeron una nueva orden de captura y lo regresaron a La Picota entre el desconcierto y la ira de decenas de seguidores.

Poco después, Santrich fue trasladado en helicóptero hasta un hospital en Bogotá. Las autoridades explicaron que Santrich se autolesionó el viernes en la cárcel y sufre heridas leves en sus brazos, así como una “alteración del estado de conciencia”.

El exlíder de las FARC Rodrigo Londoño, alias Timochenko y quien firmó el acuerdo de paz con el expresidente Juan Manuel Santos, denunció que “no paran las puñaladas a la paz, con odio hacen trizas lo acordado”, pero a la vez pidió no “flaquear” y “fortalecer la unidad de nuestro partido como garante de la implementación de lo acordado”.

Finalmente, la JEP cuestionó a la Fiscalía porqué no presentó sus nuevas pruebas contra Santrich durante el “análisis que hizo la Sección de Revisión” sobre el caso. Es decir, antes de su sentencia.