Cultura

Aumentan 5 pesos museos del INAH

La entrada pasó de 60 a 65 y de 75 a 80 pesos. Pide Bolfy Cottom reactivar la tarjeta La Cultura ¡Vale!, pues desde julio de 2019 la página para solicitarla está deshabilitada.

La entrada pasó de 60 a 65 y de 75 a 80 pesos. Pide Bolfy Cottom reactivar la tarjeta La Cultura ¡Vale!, pues desde julio de 2019 la página para solicitarla está deshabilitada.

Aumentan 5 pesos museos del INAH

Aumentan 5 pesos museos del INAH

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Los mexicanos que visiten el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México o recorran la zona arqueológica de Teotihuacán en el Estado de México durante 2020 pagarán cinco pesos más en taquilla, ya que a partir de este año el boleto de entrada a algunos museos y zonas arqueológicas del país incrementó su precio.

Dicho aumento quedó establecido el pasado mes de diciembre en la Resolución Miscelánea Fiscal para 2020 y su anexo 19 publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Este diario constató que los nuevos precios en taquillas se aplicaron en recintos culturales que dependen del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

De acuerdo con la nueva tarifa, costará 80 pesos la entrada al museo y zona arqueológica de Templo Mayor, Museo Nacional de Antropología, Museo Nacional de Historia, Museo de las Culturas de Oaxaca, Museo Maya de Cancún, así como a las zonas arqueológicas de Teotihuacán, Palenque, Monte Albán, Tulum, Calakmul, Tajín, Chichén Itzá, Uxmal y Xochicalco.

Otros accesos que incrementaron su precio —al pasar de 60 a 65 pesos—, son las zonas arqueológicas de Becán, Edzná, Malinalco, Cantona, Dzibanché, Tzin tzun tzan y Comalcalco; además del Museo Regional de Tlaxcala, Museo Fuerte San Juan de Ulúa, Museo Regional de Yucatán Palacio Cantón, Museo de Guadalupe y Museo Regional de la Laguna.

En entrevista, el especialista en políticas culturales, Bolfy Cottom, señala que nunca será recibido con agrado el incremento de una tarifa que se cobra por el servicio que prestan los museos nacionales, de sitio y regionales.

“Entiendo que uno de los criterios utilizados para un incremento y que muchos pudieran decir que no es significativo, es el tema de la inflación; sin embargo, esto es discutible cuando se ve que en el resto de los museos no hay ese mismo criterio”, señala Cottom.

El también investigador del INAH señala que no se debe olvidar que las personas de la tercera edad, estudiantes y maestros mantienen el beneficio de acceso gratuito los días domingos. “Esa medida no es nueva y el tema es que en el ámbito de política cultural siempre debería de hacerse todo lo posible para que la gente pueda tener acceso a ese tipo de recintos culturales-educativos”, indica.

Cottom pone de ejemplo que entre semana, cuando no hay acceso libre y los estudiantes deben asistir a algún recinto, los papás se quedan afuera porque no pueden pagar el boleto de sus hijos y aparte el de ellos. “Sólo los niños ingresan, los papás se tienen que quedar afuera porque la economía no da para acceder”.

Lo que está a discusión, añade, es el criterio de buscar por todos los medios el acceso a los museos, aunque el INAH tiene la facultad y atribución de establecer medidas para ajustar tarifas debido a los recursos limitados que impactan negativamente en el presupuesto autorizado.

“Cuando el Instituto se creó, uno de los argumentos y problemas que se observaban es que no podía prestar sus servicios únicamente con el presupuesto público que le otorgaba el legislativo, por eso se pensó en tener los atributos legales para buscar la consecución de otros recursos, entre ellos, prestar servicios y cobrar por ello. En este caso, con el servicio de entrada a museos el INAH trata de ajustar su presupuesto a las necesidades que son inmensas”, detalla.

— ¿A dónde va ese dinero que se capta por el ingreso a museos?

— Los recursos autogenerados no se quedan directamente en el Instituto y tampoco los ejerce de manera inmediata, éstos tienen que ir a la Tesorería, a la Secretaría de Hacienda, y ellos aplican un criterio de devolver un porcentaje, entonces esos recursos se ven disminuidos.

“La lucha siempre ha sido que, en el proceso de negociación, ese dinero se quede en el instituto, pero para eso Hacienda y la Secretaría de Cultura deberán buscar mecanismos para no perjudicar a una institución tan noble y con una inmensa carga de trabajo”, responde.

VALES CULTURALES, LETRA MUERTA. El año pasado, la Secretaría de Cultura federal entregó la tarjeta La Cultura ¡Vale!, siguiendo lo establecido en el artículo 8 de la Ley General de Cultura y Derechos Culturales. No obstante, desde hace cinco meses ese artículo es letra muerta.

La página donde cualquier ciudadano podía solicitar su tarjeta se encuentra deshabilitada desde julio de 2019, sin que la dependencia que dirige Alejandra Frausto Guerrero detallara los motivos.

“El testimonio que tengo de mis estudiantes es que veían (el vale) de una manera interesante y positiva, como una política pública para favorecer al sector infantil, docente y personas con escasos recursos. Creo que se debería retomar ese modelo, porque ayuda al acceso a los recintos culturales y educativos. El gran problema es cómo fondear los recursos de ese vale”, señaló finalmente Cottom.