El huracán Dorian se aleja finalmente de las islas Bahamas, después de dos días en que ha desatado toda su furia contra el pequeño país caribeño, dejando tras de sí un verdadero panorama de desolación. Su nuevo destino, las costas de Estados Unidos, a donde se dirigía ayer a tan sólo 7 kilómetros por hora, no sufrirán los mismos envites, puesto que el tifón descendió este martes desde categoría 5, la máxima, a categoría 2.

Entre tanto, las autoridades de las Bahamas apenas empiezan a atisbar la magnitud de la tragedia. Aunque el recuento provisional apenas habla, desde el lunes, de 5 muertos, la devastación es absoluta. El primer ministro del país, Hubert Minnis, aseguró ayer que “Bahamas está ahora mismo en guerra, atacado por el huracán”. Y lanzó un serio aviso: “y no dispone de armas para defenderse de semejante asalto del enemigo”.

La peor afectación se encuentra en la isla de Gran Bahama, donde el 60 por ciento del territorio se encuentra anegado, según datos de la compañía ICEYE, que tomó imagenes satelitales. Además, también las dos islas Ábaco, donde viven cerca de 13 mil pescadores, se encuentran gravemente afectadas.

Incluso el aeropuerto de la capital de la isla, Freeport, se encuentra cerrado, sumergido bajo dos metros de agua.

El hecho de que se trate de islas, en medio de la tormenta, complica aún más la situación, puesto que prácticamente imposibilita el acceso de la ayuda humanitaria, por el momento. De hecho, este martes numerosas personas de las Ábaco y Gran Bahama trataban de pedir ayuda por emisoras de radio, con las comunicaciones interrumpidas.

Ante esta situación, el secretario de Salud de Bahamas, Duane Sands, advirtió que la infraestructura de sanidad de la isla se encuentra completamente arrasada, incluyendo el principal hospital de Gran Bahama, y aunque el mayor centro sanitario de las Ábaco trata de funcionar, Sands alertó que necesita con urgencia medicinas, agua potable y víveres.

Por su parte, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), estimaron ayer que en esas tres islas 62 mil personas necesitan ayuda urgente porque ahora mismo hay una escasez absoluta de agua potable.

Sin embargo, Regis Champan, jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en el Caribe, advirtió ayer que “hasta que no estén los equipos sobre el terreno, no tendremos una visibilidad clara de las necesidades”. El gobierno aplazó hasta anoche la entrada de la ayuda, hasta que ­Dorian no dejara a las Bahamas en paz.