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Bebés prematuros. De alto riesgo, 16% de embarazos en México

Nacen con altos riesgos de salud, desde respiratorios hasta cerebrales y cada vez más son afectados por la obesidad, diabetes o VIH de las madres ◗ La evaluación temprana y un buen seguimiento resuelven complicaciones

Nacen con altos riesgos de salud, desde respiratorios hasta cerebrales y cada vez más son afectados por la obesidad, diabetes o VIH de las madres ◗ La evaluación temprana y un buen seguimiento resuelven complicaciones

Bebés prematuros. De alto riesgo, 16% de embarazos en México

Bebés prematuros. De alto riesgo, 16% de embarazos en México

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Bebés con apenas 32 semanas de gestación, o peso de 1,500 gramos, requieren de una evaluación médica inmediata para identificar, en las primeras horas de vida, posibles complicaciones secundarias relacionadas con su condición de prematurez.

Estos pacientes tienen una comorbilidad importante al nacimiento, es decir, alto riesgo de complicaciones. Algunos de estos chiquitos pueden requerir ventilación mecánica durante mucho tiempo o estar propensos a diferentes infecciones, algunas de las cuales pueden dejar secuelas: problemas respiratorios o sepsis (infecciones generalizadas), incluso tener algún tipo de daño cerebral.

Están aquellos otros, quienes registran elevaciones importantes de la bilirrubina, que en casos extremos requieren manejos que pueden impactar en su audición o que esos altos niveles de bilirrubina se depositen en núcleos del cerebro y afecten su visión.

Éstos son sólo algunos de los riesgos que presentan al nacer muchos bebés cuyas mamás tuvieron un embarazo de alto riesgo, precisó la doctora Gloria López, jefa del Departamento de Seguimiento Pediátrico del Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes (INPer).

A nivel nacional, el promedio de nacimientos pretérmino es entre 15 y 16 por ciento del total de embarazos que llegan a término, aunque en el Instituto Nacional de Pediatría, al estar enfocado a atender embarazos de alto riesgo, este promedio se eleva hasta 30 por ciento.

En entrevista con Crónica, la doctora Gloria López, resalta que el INPer atiende a todos esos bebés que nacen y presentan factores de riesgo. Hasta hace algunos años, estos especialistas se enfocaban sólo a aspectos del neurodesarrollo; sin embargo, los problemas de salud actuales comienzan a alcanzar y afectar a los neonatos, por lo cual “se han agregado aspectos relacionados con el campo de lo metabólico”.

ATIENDEN HASTA 250 BEBÉS AL AÑO. Como parte de los nuevos protocolos también atendemos a hijos de mamás diabéticas, hipertensas y obesas, las cuales generan cierto riesgo metabólico importante en estos pequeñitos, que sí son un grupo muy extenso. Mencionó que al año se atienden en promedio alrededor de 250 pacientes con diversos padecimientos, aunque la cifra pudiera ser mayor, por todos aquellos que están en seguimiento, pero que ya no permanecen internados.

Se están enfocando, señala, en la prevención o educación de las familias en todo lo relacionado con el grave problema que tenemos en el país de diabetes y obesidad, y se busca abordar de manera oportuna para evitar que desarrollen este tipo de problemas más adelante.

HUMANISMO Y COMPRENSIÓN. El abordaje es sencillo, aunque se hace con mucho humanismo para la madre y la familia, y se comienzan a hacer evaluaciones de manera temprana en las terapias neonatales en donde básicamente se identifican aspectos que den indicios de que el bebé presenta ciertos rasgos y eventualmente ingresarán a seguimiento pediátrico.

Para poder atender a estos pequeños la comunicación con las mamás es fundamental, se ha buscado un trato adecuado durante su nacimiento y durante las terapias, así como mantener informadas a las mamás de lo que está sucediendo con sus bebés y las expectativas que se tienen en torno al caso. “Eso siempre va a motivar algo de inquietud, pero también tranquilidad, en la medida en la que nosotros vamos informando a la mamá y los familiares cómo van evolucionando los pequeños y cómo es que vamos resolviendo los problemas.

Entre los estudios que se realizan, detalla, está uno que se llama exposoma, en el cual se analizan los factores de exposición ambiental de la mamá durante toda la gestación y se les va dando seguimiento.

Hay otros dos protocolos en el departamento, que tienen que ver con el estudio de microbioma (un conjunto de genes de organismos y microorganismos presentes en nuestro cuerpo) y también se da especial seguimiento a los pequeños cuyas mamás son portadoras del VIH.

“Todos aquellos pacientes urgentes son canalizados a centros que tienen mayor infraestructura, y en el INPer se atienden a pacientes de mediano riesgo y se les trabaja aspectos de estimulación, terapias con determinadas indicaciones y estimulación neuromotora.

La doctora López detalla que los pacientes entran por el área de pediatría y una vez valorados, los atiende un equipo multidisciplinario de diversas disciplinas: nutrición, comunicación humana, terapia de lenguaje, incluso los más grandecitos son atendidos también en psicología.

En rehabilitación y estimulación neuromotora, se cuenta con especialistas en endocrinología, hematología, cirugía, oftalmología, neurocirugía, neurología, cardiología, para apoyar en todos los aspectos psicosociales.

LA RESTRICCIÓN DE la LACTANCIA materna. Para pacientes cuyas madres tienen VHI, subraya que hoy en día el tratamiento oportuno con antivirales durante el embarazo, permite una adecuada evolución de madre e hijo, y el nacimiento por cesárea evita que los bebés se contagien con el virus. Éste, resalta, es un programa que ha ido evolucionando a lo largo de los últimos 15 años, con excelentes resultados en la tasa de nacimientos y evolución de las mamás y los bebés, porque, sostiene, siguen siendo muchos los casos de mujeres portadoras del virus quienes deciden embarazarse, y aquí reciben una atención profesional.

A pesar de que el INPer es uno de los principales promotores de la lactancia materna, hay casos en los que se restringe a madres portadoras del VIH; sin embargo, esta medida ha permitido, destaca la doctora López, “que a la fecha no tengamos bebés infectados, y aunque están completamente sanos siguen en seguimiento”.

Los ambientes obesogénicos son otro grave problema

Los bebés que nacen de madres obesas tienen una programación de enfermedades crónicas que se deben vigilar en los primeros años de vida y tratamos que la mamá privilegie la lactancia materna en los primeros seis meses de vida del bebé. Ya de más grandecitos, la familia entiende que no hay por qué darles bebidas azucaradas o refresco. “Un bebé se hidrata exclusivamente con agua”, es decir, hay que procurar exponerlo lo más tarde que se pueda a los alimentos azucarados, alejarlo de esos ambientes obesogénicos.

La doctora Gloria López recuerda que la mejor manera de prevenir todos estos riesgos, es a través de un control prenatal adecuado, hay que anticiparnos a que se presenten complicaciones secundarias, aunque si ya tenemos un paciente con una limitación al momento del nacimiento, como falta de oxígeno o porque nació muy chiquito y tuvo que estar expuesto a medidas de reanimación y ya tiene algún impacto a nivel neurológico, lo que hacemos es limitar esa evolución y prevenir discapacidad.