Opinión

Bernie, Pete y Amy: Felices los tres

Bernie, Pete y Amy: Felices los tres

Bernie, Pete y Amy: Felices los tres

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El campo de batalla demócrata, que ayer se trasladó de Iowa a New Hampshire, se despeja y deja, de momento, dos contendientes imbatibles, dos heridos —si no tocados de muerte, sí graves—, dos muertos, tres zombies… y una guerrillera con la que nadie contaba.

Empecemos por los heridos.

La gran decepción de la noche tiene nombre de mujer: Elizabeth Warren. La veterana senadora que llegó a colarse entre los favoritos, tras venderse como el azote incorrupto de los ricos, se desinfla peligrosamente. En Iowa logró un honroso tercer puesto y ocho delegados, pero a una distancia decepcionante de Pete Buttigieg (la gran sorpresa de la noche), con 14 delegados, y de Bernie Sanders, con 12 delegados. Pero el peor de los pronósticos se confirmó ayer: Warren quedó relegada al cuarto lugar, derrotada de nuevo por Sanders y Buttigieg, y lo más humillante, por la otra mujer en la contienda y que nunca estuvo entre los tres favoritos: Amy Klobuchar. Diagnóstico: Desafió el reinado de Sanders en el ala izquierdista del partido, pero los votantes prefieren quedarse con el original y no con la copia.

En cuanto al otro herido, se confirma como la gran decepción, no ya de la noche, sino de la campaña electoral: Joe Biden. En un acceso de honestidad, el exvicepresidente admitió que su cuarto lugar en Iowa fue un “puñetazo en el estómago”. A ver qué dice ahora de su quinto puesto en New Hampshire. Biden sigue aferrado a que los hispanos le den una victoria en Nevada y los negros una victoria en Carolina del Sur, este mismo mes. Si vuelve a ser derrotado estaría tocado de muerte. Diagnóstico: Huele demasiado a establishment (como le pasó a Hillary Clinton), es experto en meter la pata en los debates y no le está funcionando haber sido el número dos de Barack Obama.

Con dos de los cuatro favoritos al borde del precipicio, la batalla parece cosa de Bernie Sanders y Pete Buttigieg. Como se esperaba, el veterano senador se impuso en las primarias de New Hampshire, pero pisándole los talones el joven exalcalde. Diagnóstico: Sanders conserva intacto el enamoramiento con la juventud rebelde estadunidense en la campaña de 2016 y se está vengando de los jerarcas del partido, a los que acusa de arrinconar al combativo y viejo socialista y apostar por Hillary, permitiendo así la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump.

En cuanto a Buttigieg, lejos de ­perjudicarle, le está beneficiando mucho parecerse demasiado a aquel otro joven desconocido —un tal Barack Obama— que en el lejano febrero de 2008 ganó los caucus de Iowa, derrotando, contra todo pronóstico, a Clinton, y quedó en segundo lugar en las primarias de New Hampshire, pisando en los talones a la ex primera dama.

La otra sorpresa de la noche es el más que digno tercer puesto de Klobuchar. Lejos de caer en el derrotismo de Biden, la senadora se repuso de su quinto lugar en Iowa y mostró sus armas en el debate del pasado viernes, donde brilló con luz propia. Diagnóstico: En estos tiempos oscuros de la era Trump, se agradece su sentido del humor, su optimismo y su discurso que no chirría. Falta por ver si es capaz de batir, desde el centro, a Buttigieg y luego a Sanders, o es llamarada de petate y cae abatida, como les pasó ayer a Andrew Yang y Michael Bennet; o peor, se convierte en un zombie como Tom Steyer, Tulsie Gabbard, Deval Patrick y Michael Bloomberg (aunque se espera que éste último deje de serlo pronto… con la impagable ayuda de su fortuna).

fransink@outlook.com