El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sugirió ayer que Estados Unidos podría llegar a tener una base militar en el país y que el gobierno de Donald Trump tiene interés en instalarse en otras naciones suramericanas, sin especificar cuáles.

“Estamos preocupados por nuestra seguridad, nuestra soberanía, y tengo al pueblo norteamericano como amigo”, declaró Bolsonaro a los periodistas, tras ser consultado sobre la posibilidad de que Brasil autorice la presencia de militares estadunidenses en su territorio ante la “amenaza comunista” procedente de Venezuela.

Consciente de la división social que supondría la presencia de militares estadunidense en el gigante sudamericano, Bolsonaro matizó que “la cuestión física puede ser hasta simbólica. Hoy en día, el poderío de las fuerzas armadas norteamericanas, chinas, soviéticas, alcanza el mundo todo independientemente de bases”.

Sin embargo, Bolsonaro, nostálgico de la dictadura militar y un declarado anticomunista, agregó que “de acuerdo con lo que pueda acontecer en el mundo, quizás se tenga que discutir esa cuestión en un futuro”.

El excapitán del Ejército declaró su intención de avanzar hacia un amplio acuerdo de seguridad y defensa con Estados Unidos y en particular con el gobierno de Trump, por quien profesa una clara admiración y a quien espera visitar tan pronto como en marzo en una visita oficial.

MILITARES CONTRA EL CRIMEN. La deriva militar del nuevo gobierno brasileño se concretó ayer con el anuncio de que el presidente había autorizado el despliegue inmediato de militares en Fortaleza, capital del estado de Ceará, que en los últimos dos días registró 41 ataques incendiarios entre bandas del crimen organizado.

“Cerca de 300 hombres y 30 patrullas serán enviados este mismo viernes a Ceará y actuarán por 30 días en acciones de seguridad y de apoyo a las fuerzas policiales”, anunció el ministro de Justicia y Seguridad Nacional, el exjuez Sergio Moro, más conocido por haber metido en la cárcel al expresidente izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva, tras condenarlo por corrupción.

“EL PRESIDENTE HA DECLARADO LA GUERRA A LOS INDIOS Y A SUS TERRITORIOS". La organización Survival Internacional acusó ayer al nuevo presidente de Brasil de haber iniciado su gobierno el martes pasado con una declaración de guerra contra los indios de Brasil y contra sus territorios.

“Jair Bolsonaro comenzó su mandato en la presidencia de la peor forma posible para los pueblos indígenas de Brasil”, afirmó la organización, tras condenar el decreto que transfiere la responsabilidad de delimitar las reservas indígenas de la Fundación Nacional del Indio (Funai), la entidad responsable por las políticas para los indios, a la nueva ministra de Agricultura, Tereza Cristina Correa, que “tiene un largo historial de oposición a los derechos territoriales de los pueblos indígenas y apoya la expansión de la agropecuaria en sus tierras”.

“El decreto es virtualmente una declaración de guerra, ya que la nueva ministra delimitará las tierras para indios, quilombolas (descendientes de esclavos prófugos) y campesinos”.

Para Survival, “el robo de territorios indígenas también prepara el escenario para una catástrofe ambiental. Los indios son los mejores defensores y guardianes de la naturaleza y las evidencias prueban que ellos cuidan de su medio ambiente mejor que cualquiera”.