La nueva gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez, declaró ayer el estado de emergencia ante la llegada el miércoles por la noche de la tormenta tropical Dorian, aunque pidió que no cunda el pánico, ya que no hay previsiones de que se convierta en un huracán y mucho menos de la peligrosidad del huracán María, que arrasó la isla caribeña en septiembre de 2017, dejando un saldo de más de tres mil  muertos.

Vázquez anunció que quedan suspendidas desde hoy las clases en el sistema educativo, incluida la Universidad de Puerto Rico, y tampoco tendrán que presentarse a trabajar los empleados públicos.

“No debe haber alarma. Estamos más preparados”, dijo, tras anunciar que la población vulnerable y con viviendas con techos provisionales —situación que se vive desde la embestida de María en 2017— pueden desde ayer dirigirse a alguno de los 360 refugios repartidos por toda la isla.

En cuanto a las reservas de combustible, la gobernadora indicó que hay abasto de gasolina para más de 40 días, para más de 160 de diésel y para el mismo periodo de gas licuado.

Presidente mentiroso. Mientras tanto, el presidente de EU, Donald Trump, muy criticado por su pésima gestión ante la tragedia de María, volvió ayer a emitir una falsa declaración, al asegurar que el Congreso —en 2017 dominado por los republicanos— aprobó una partida de emergencia de 92 mil millones de dólares para la reconstrucción (que nadie en la isla ha visto).

“¡Wow!” Otra gran tormenta se acerca a Puerto Rico. ¿Terminará alguna vez? El Congreso ya aprobó 92,000 millones de dólares para Puerto Rico el año pasado, un récord para cualquier lugar”, aseguró.