El primer ministro británico, Boris Johnson, y los otros 26 líderes de la Unión Europea (UE) alcanzaron ayer un nuevo acuerdo del brexit, que podría abrir la puerta a una salida negociada de Gran Bretaña este 31 de octubre, si previamente lo ratifica el Parlamento de Londres mañana sábado.

El nuevo acuerdo de brexit suave se enfrenta todavía al espinoso proceso de ratificación en la Cámara de los Comunes, que ya tumbó en tres ocasiones los acuerdos alcanzados. De hecho, el entusiasmo inicial por el acuerdo, que disparó por la mañana las bolsas europeas y la libra esterlina, se esfumó a media tarde, tras avanzar el unionista Partido Democrático Unionista (DUP) que sus diez diputados votarán en contra, lo que ocasionó que la entonces primera ministra, Theresa May, renunciara al cargo.

El nuevo pacto prevé controles aduaneros para las mercancías que crucen entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. Los unionistas se oponen a esa solución porque consideran que pone en jaque la “integridad” territorial del país.

“No contemplo la derrota”. Para evitar sufrir una humillante derrota parlamentaria, como ya le ocurrió a May, el conservador Johnson advirtió que, si no lo aprueban, Gran Bretaña tendría un brexit duro el 31 de octubre, ya que no volvería a pedir una nueva prórroga.

“No contemplo la derrota. Tengo mucha confianza en que cuando mis colegas en el Parlamento estudien este acuerdo querrán votar a favor”, afirmó Johnson desde Bruselas, la capital de la UE.

El mandatario conservador necesita el voto favorable de 320 diputados, pero sólo cuenta con 288 parlamentarios conservadores.