Opinión

Brady no ganó, Belichick perdió

Brady no ganó, Belichick perdió

Brady no ganó, Belichick perdió

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Vaya lecciones que nos dejó el juego entre Nueva Inglaterra y Tampa Bay, donde los contratos de millones de dólares salen sobrando cuando está de por medio el honor de una carrera deportiva y una jerarquía. La amistad es una cosa, pero cuando se trata de demostrar que cada cual de las partes tiene su razón de ser, da como resultado una batalla que sin ser espectacular sí es emotiva.

Nadie, ninguno de los millones de aficionados que siguen la NFL pudo ser ajeno al duelo entre Tom Brady y Bill Belichick del domingo por la noche. Y es que durante más de un año que llevan separados ambos personajes, no ha faltado quien se atreva a decir que uno es mejor que otro, y la realidad es que no es válido calificarlos así.

La noche del domingo en el Gillete Stadium quedó demostrado que cada uno, desde su status como jugador y entrenador, dejó en claro que son dos de los mejores en su posición.

LA LECCIÓN DEL MAESTRO

Es verdad que Brady las llevaba de ganar, no en vano los Bucaneros eran favoritos, pues además de ser los actuales campeones de la NFL, son muy superiores en el papel y estaban muy por encima en las apuestas; no obstante, la cátedra defensiva que dio Belichick fue magistral al frenar al ataque que, dirigido por Brady, ha sido muy efectivo desde el año anterior.

Aunque no faltaron los comentarios que calificaron de aburrido el juego, ya que esperaban una enorme cantidad de puntos o una apabullante victoria de Tampa Bay sobre Nueva Inglaterra, y una soberbia actuación de Brady —para que, según los incondicionales del quarterback, demostrara que es el mejor, el único y que nada le debe a Belichick—, la sorpresa fue mayúscula cuando se dieron cuenta de que Tom es mortal.

La realidad es que Belichick difícilmente permitiría ser humillado, ya no digamos en su terreno, sino en su ego como uno de los mejores entrenadores defensivos que ha habido. Acaso han olvidado que Belichick, o para quien no lo sepa, es el discípulo más avanzado de Bill Parcells (un gurú del coacheo), y que además fue el coordinador defensivo que dirigió a uno de los grupos más temibles de linebackers que haya existido: nos referimos al de los Gigantes de Nueva York de los 80, integrado por Lawrence Taylor, Carl Bank, Harry Carson y Pepper Johnson.

Con ese núcleo defensivo, los Gigantes ganaron dos Super Bowls, y vale decir que la unidad defensiva dirigida por Belichick fue el pilar de esos títulos.

Sin duda, la lección que dejó el juego de domingo por la noche no fue la mal llamada “victoria de Brady” sobre su ex entrenador y la alardeada de señalar de que “fue y lo derrotó a domicilio para demostrar que es el mejor de los dos”.

No. La realidad fue que el maestro superó al alumno, que le montó un rompecabezas muy difícil de resolver que tenía desesperado al mariscal de campo y que apenas le permitió a la poderosa ofensiva de los Bucaneros anotar sólo 19 puntos.

LA MANO DEL COACHEO

Es cierto que el marcador refleja un triunfo de Tampa Bay sobre Nueva Inglaterra por 19 a 17, pero lo cierto es que todo el staff de Belichick se lució, desde su hijo Steve Belichick que coordina a la defensiva, hasta Josh McDaniels, el coordinador ofensivo, que preparó un plan de juego que, aún con un pasador novato como Mac Jones, movió la bola a pesar de no tener corredores de calidad.

Bien puede decirse que Jones lució, no como un veterano, pero sí como un mariscal ya asentado.

Aunque la frialdad del marcador final diga que ganaron los Bucaneros, lo cierto es que el duelo estratégico se lo llevó Belichick, porque no se puede negar que al final el plan resultó. La defensiva hizo su trabajo y la ofensiva puso el ovoide a tiro de gol de campo para ganar el juego. La falla de Nick Folk no depende del plan de juego, ya no depende de un coach, eso ya es parte de la ejecución.

CONCLUSIÓN

Así que salir a gritar que Brady y sus Bucaneros derrotaron a Belichick y sus Patriotas a domicilio, tal como lo mostraron con fanfarrias muchos de los diarios del lunes, suena un poco exagerado, más bien podría decirse que fueron los Patriotas los que dejaron ir el triunfo con un gol de campo fallado a segundos de terminar el juego.

Porque no es lo mismo ganar con un semblante de triunfo paseándose por la banca festejando con el equipo cuando realmente se ha aplastado al rival que tener una expresión de preocupación e impotencia como la que mostraba Brady y muchos de sus compañeros al filo de la línea de banda mientras presenciaban como la ofensiva del joven Mac Jones caminaba lenta pero sólida hacia la zona roja.

Así que las cosas como son: Brady es un enorme jugador, entre los mejores quarterbacks de la historia, pero decir que es mejor que Belichick es restarle méritos al hombre que lo moldeó y le preparó un equipo y un sistema que lo encumbró por veinte años.