Los talibanes asestaron ayer un duro golpe a las fuerzas de seguridad de Afganistán con un ataque que dejó cerca de cien muertos en una base de la principal agencia de inteligencia del país, el mismo día del inicio de una nueva ronda de negociaciones de paz en Qatar entre los insurgentes y EU.

El ataque contra un cuartel del Directorio Nacional de Seguridad se ha convertido en uno de los atentados más mortíferos perpetrado contra esta agencia en diecisiete años de conflicto.

“Además de los cadáveres que se hallaron por la mañana temprano, más de 60 cuerpos fueron recuperados entre la mañana y la tarde de debajo de las ruinas del edificio derrumbado”, tras la detonación de un vehículo cargado de explosivos, relató un vocero del gobierno.

Los cuatro terroristas involucrados en el atentado murieron, uno de ellos a causa de la explosión, y los otros tres abatidos por las fuerzas de seguridad.