Opinión

Cambio climático: refinería Dos Bocas y Tren Maya

Cambio climático: refinería Dos Bocas y Tren Maya

Cambio climático: refinería Dos Bocas y Tren Maya

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Cualquier gobierno de izquierda tiene una agenda mínima: combatir el cambio climático, la desigualdad social y económica, pugnar por la equidad de género y evitar cualquier tipo de discriminación. Ésos son puntos básicos que sirven como guías para construir una verdadera sociedad que beneficie a todas las personas.

El cambio climático está considerado como “la mayor amenaza enfrentada por la humanidad en miles de años”. Científicos del mundo han advertido en su informe del 2018, que “las emisiones de dióxido de carbono deben reducirse un 45 por ciento para 2030, si se quiere evitar los efectos más catastróficos del calentamiento global”.

La temperatura de la Tierra ha aumentado un grado desde la segunda mitad del siglo XIX y los científicos han advertido que si se llega a 1.5 grados los efectos serán devastadores: mayores inundaciones en algunas zonas, por el deshielo de glaciares; mayores sequías en otros puntos; huracanes y tormentas más intensas;  extinción de arrecifes de coral y otras especies marinas; impacto en la agricultura, cultivos como arroz, maíz y trigo podrían estar en peligro, aumentando así la hambruna y afectando la producción de alimentos; más casos de enfermedades como dengue y malaria, y muchos otros efectos negativos.

El CO2 es producido principalmente por la quema de combustibles fósiles como el petróleo, y por la desforestación. Mientras que los otros gases invernaderos —como el metano—  son producidos en el tracto intestinal del ganado y por las bacterias en zonas pantanosas y en cultivos como el arroz,  el óxido nitroso se produce por el uso masivo de fertilizantes, centrales térmicas, motores de aviones y fabricación de nailon.

Es decir que la industria, el transporte y los usos de los suelos para la agricultura han aumentado la concentración de los gases de efecto invernadero, que se acumulan en la ­atmosfera e impiden que las radiaciones infrarrojas que emite el planeta al calentarse salgan al espacio. Provocando que la temperatura del planeta aumente, según la Organización Meteorológica Mundial.

Cada persona es responsable por su huella de carbono. Pero también se deben hacer políticas públicas que eviten que las industrias (no importa si son públicas o privadas) disminuyan su emisión de gases invernaderos.

México ratificó el Acuerdo de París que obliga a los países a reorientar su desarrollo hacía un mundo más sostenible y con menos emisiones. Sin embargo, existen dos megaproyectos en la administración de Andrés Manuel López Obrador, la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, y el Tren Maya en el Caribe, que atentan con la lucha contra el cambio climático y no son congruentes con la construcción de un país más sustentable.

La construcción de la refinería significa seguir apostando por los combustibles fósiles, que están amenazando el planeta; ese dinero público debería ser invertido en la generación de energías renovables y mucho más sustentables. Y la construcción del Tren Maya implica deforestar grandes partes de la selva mexicana, que provocaría la disminución de fauna y flora específica de esa región.

El combate al cambio climático debe ser un eje para este gobierno y para todos si realmente queremos evitar la devastación del planeta. Esperemos que el nuevo cambio en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales sirva como contrapeso a estos dos megaproyectos que, literalmente, atentan contra los mexicanos.

No podemos seguir respirando cada vez más partículas tóxicas. Y no, no tiene nada que ver con partidos políticos, ni fobias. Tenemos que aprender a exigir una mejor calidad de vida y ser una sociedad informada que funcione como contrapeso a las políticas públicas que atenten contra todos.

@wendygarridog

wengarrido@gmail.com