Opinión

C.C.P. JULIÁN Y ADRIAN LEBARÓN Ciudadanos y activistas mexicanos

C.C.P. JULIÁN Y ADRIAN LEBARÓN  Ciudadanos y activistas mexicanos

C.C.P. JULIÁN Y ADRIAN LEBARÓN Ciudadanos y activistas mexicanos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Sin duda uno de los actos más indignantes de violencia provocada por el crimen organizado fue el asesinato de 3 mujeres y 6 menores, entre ellos dos bebés, esto en los límites entre Chihuahua y Sonora, todas las víctimas integrantes de la familia LeBarón. La despiadada y cobarde masacre hizo que los reflectores nacionales e internacionales voltearan a ver a nuestro país y a preguntarse qué estaba pasando con la seguridad y si los grupos delictivos realmente han llegado a sustituir a la autoridad en diversos lugares de nuestro territorio. Pero de víctimas, la familia LeBarón, pasó a ser sujeta de agresiones en las redes, por respaldar la declaración del Presidente Trump de que podría intervenir en esta difícil situación declarando a los cárteles de la droga como grupos terroristas. A algunos escandalizó, otros aplaudieron, al final es la disyuntiva entre la soberanía exterior e interior, cuando aparentemente se dificulta tener las dos.

La familia LeBarón tiene una historia importante en México, desafortunadamente más conocidos por las desgracias que en el seno de ella han sucedido. Habitantes de la comunidad LeBarón, radicados en la región norte de Chihuahua, mormones y productores agrícolas, también tienen la nacionalidad norteamericana. El tener precisamente la calidad de nacionales estadounidenses generó que después de los asesinatos del 4 de noviembre, el propio gobierno de Estados Unidos, primero vía el embajador y luego por voz del propio Presidente de Estados Unidos, no sólo condenaran el hecho y respaldaran a sus connacionales, sino que ofrecieran a México ayuda para combatir frontalmente lo que pareciera ser una crisis de seguridad, precedida por otros eventos como los de Culiacán.

Pero el martes pasado el Presidente Donald Trump fue más allá de ofrecer apoyo, anunciando de manera unilateral su intención de designar a los cárteles mexicanos de la droga como terroristas, por su papel en el tráfico de drogas y personas. El anuncio fue apoyado por Julián y Adrián LeBarón, quienes de un momento a otro pasaron de víctimas a traidores y vende patrias, pero quizá no fueron los únicos mexicanos que pensaron ¿por qué no? Así como en materia de seguridad la gente poco entiende de jurisdicciones locales o federales, en la solución quizá poco les importa de donde pudiera venir. Por supuesto está la defensa de la soberanía, pero este concepto tiene dos ascepciones, la exterior y la interior.

La soberanía nacional es: “La negación de toda subordinación o limitación del Estado por cualquier otro poder”, ni un estado extranjero pero tampoco un poder intermo por encima de la autoridad del Estado. Habrá quienes piensan, sin ser teóricos del derecho, de manera muy práctica, de que sirve preocuparnos de que una ayuda externa pueda considerarse un riesgo o violación para la soberanía, si en lo interior el Estado va perdiendo territorios en todo el país, algunos ya francamente dominados y gobernador por grupos diferentes a las autoridades electas, en municipios y quizá en entidades completas, lo que también representa pérdida de la soberanía, la interior.

El dilema es complejo, cómo aceptar ayuda sin vulnerar nuestra soberanía, ante un país que es dominante e históricamente intervencionista, pero por otro lado, como no seguir perdiendo el control de territorios donde la autoridad está siendo suplantada por organizaciones con fines delictivos. Las amenazas existen, tanto de parte del gobierno de Estados Unidos de intervenir, mientras que de este lado el latente peligro en el que se vive en varios municipios de la república. Conservar nuestra soberanía externa e interna, el gran reto.

@AmaximilianoGP