Opinión

C.C.P. Rosario Robles Berlanga exsecretaria de Estado

C.C.P. Rosario Robles Berlanga exsecretaria de Estado

C.C.P. Rosario Robles Berlanga exsecretaria de Estado

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Ante un sorprendido equipo jurídico, el juez Jesús Delgadillo Padierna vinculó a proceso a Rosario Robles y ordenó enviarla a prisión preventiva, que actualmente cumple en Santa Martha Acatitla. Abunda la controversia y contradicciones en la opinión pública respecto de esta decisión judicial; algunos hablan de excesos en el procedimiento, otros de que es una demostración de que van en serio contra la impunidad, también de venganzas familiares, o quienes dicen que son sencillamente consecuencias jurídicas de actos ilícitos.

Si fue excesiva la medida, es algo que se discute, aunque se contradicen aquellos quienes tanto se quejaban, en otros tiempos, de que teniendo ubicados a presuntos responsables de actos similares, nunca se aseguraron por vías legales de que no se convirtieran en prófugos, como varias veces sucedió. Es cierto que Rosario Robles se presentó ante el juez y como dice, dio la cara, pero el criterio fue que se corría el riesgo de que se sustrajera de la justicia, lo que hoy la tiene tras las rejas.

El tema de fondo será materia del juicio, la responsabilidad, o no, de Rosario Robles con respecto a la autoría intelectual y ejecución de la llamada Estafa Maestra. Las declaraciones de Juan Manuel Portal, ex Auditor Superior de la Federación, en referencia a que la entonces Secretaria fue advertida, son contundentes. “Se lo expliqué todo el tiempo, cada vez que nos veíamos, le seguía argumentando cuando le decía yo que no era procedente la forma en cómo entregaban el dinero, cómo contrataban y cómo desviaban el dinero, y ella me decía, ‘es que por eso contratamos a las universidades, son las más respetadas del país, para que ellas se encargaran de comprarnos las computadoras, comprar artículos de aseo, comprar mugre y media’. A lo que le dije:  ‘señora Secretaria, las universidades no están para esto’”.

A Robles no se le acusa, hoy, de haber incrementado su patrimonio producto de la Estafa Maestra, pero sí, por lo menos, de haberla consentido. Éticamente se le puede cuestionar que si no hubiera estado de acuerdo con lo que pasaba en su secretaría, tuvo siempre la opción que algunos funcionarios recientemente tomaron, por causas completamente distintas: dejar sus altos cargos, como Germán Martínez, extitular del IMSS o Carlos Urzúa, exsecretario de Hacienda, a quienes algo no les gustó, y simplemente, renunciaron. En el caso de la pasada administración nadie, absolutamente nadie, presentó su renuncia por no estar de acuerdo con lo que se les pudiera haber ordenando, si es que no eran ellos mismos los autores intelectuales, los “genios” como diría José Antonio Meade.

Si como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, Rosario Robles no es más que un chivo expiatorio, entonces la averiguación y el juicio deberán contestar las siguientes preguntas:

¿Quiénes más participaron? Si Robles es parte pero no todo, entonces otros, arriba y debajo de ella, deben ser llamados a juicio.

¿Fue una orden del Presidente o fue un esquema diseñado por algún o algunos secretarios llevado para el visto bueno de su jefe?

¿Quiénes, sin participar en la instrumentación y operación de la Estafa Maestra encubrieron y qué consecuencias jurídicas conlleva la omisión?

Al final ¿quiénes se beneficiaron con esto? ¿Campañas políticas y/o patrimonios personales? Para averiguar esto sin duda hay un personaje clave que mucho conoce ahora de las dos vertientes, Santiago Nieto, quien fue titular de Fepade y hoy de la UIF. Follow the money, dirían los clásicos.

maximilianogarcia@gmail.com

@maximilianogarciap