Opinión

Chíguil, el mecha corta

Chíguil, el mecha corta

Chíguil, el mecha corta

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
Chíguil, el mecha corta

Vaya coraje que le hicieron pasar al alcalde de Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil, cuando le preguntaron, al terminar su rendición de cuentas en el Congreso de la Ciudad de México, sobre la red de nepotismo que prevalece en su administración. Apenas y escuchó la pregunta, el morenista, acostumbrado a la polémica y a las desgracias, explotó contra el reportero a quien le aseguró que jamás le dará empleo en su demarcación. Le dolió tanto el tema que miraba con rabia a los reporteros que lo cuestionaban sobre el tema e incluso les dio uno que otro empujón. Recordemos que don Chíguil estaba sujeto a una investigación administrativa—estaba, porque el contralor  Juan José Serrano ya se echó para atrás— por la existencia de una red de nepotismo en esa demarcación. Nos cuentan que Enrique Rodrigo Rojas, su director  general de Asuntos Jurídicos y de Gobierno, tiene a su amigo, socio y cuñado, Óscar Francisco Núñez Villa, como director general de Recursos Humanos, con un sueldo mensual de 50 mil pesos. Núñez es pareja de Pilar Rojas Serafín, hermana del director General de Asuntos Jurídicos y de Gobierno. Rodrigo Rojas también tiene a su concuño, Genaro Núñez Villa, como director de Protección Civil, con un sueldo mensual de 45 mil pesos; a un hermanastro, Rafael Carrillo Mendoza, también dentro de Protección Civil; así como a otro cuñado, Gerardo Meza Orozco, como jefe de Unidad de Atención a Desastres… Y si le seguimos se va tejiendo una telaraña, cuyos integrantes seguramente seguirán sumándose.

Una rayita más a Felipe Gutiérrez

En serios líos se sigue metiendo el exsecretario de Seduvi en la administración de Miguel Ángel Mancera. Resulta que el señor Felipe de Jesús Gutiérrez, quien está prófugo y se le busca por malversación de recursos destinados a la reconstrucción, fue quien autorizó los departamentos que están ocasionando un gran ecocidio en la Ciudad de México. La obra que autorizó cuando era el mandamás de la Seduvi, en Aztecas 225, está ocasionando que un ojo de agua se desperdicie al enviar al drenaje millones de litros del líquido, además de secar las tuberías de los habitantes de algunas colonias como Los Pedregales de Santo Domingo y Copilco, quienes con protestas no se han cansado de denunciar los hechos. Peor resulta saber que el uso de suelo de la zona sólo permite la construcción de tres pisos, pero el señor Gutiérrez autorizó siete, algo que seguramente, según los opositores, le dejó grandes ganancias. Así las cosas.

Salgado y Martínez Vite,acostumbrados al bisnes

Nada nuevo fue enterarse que Rigoberto Salgado y Raymundo Martínez Vite, el primero exdelegado y el segundo el primer alcalde de Tláhuac, están cometiendo fechorías en el territorio, castigado en las últimas administraciones. Sí, resulta que los flamantes morenistas, gente de confianza de las autoridades del gobierno capitalino, desaparecieron, cual verdaderos magos, 20 millones destinados a la reconstrucción de dos mercados: el de Zapotitlán y el de Santa Cecilia, dañados en el sismo del 19 de Septiembre de 2017. Lo peor es que Martínez Vite, quien fue dueño de los mototaxis que fungían como halcones de El Ojos, fue a presumir al Congreso que ya se estaban construyendo, cosa que no es cierto, puesto que los locatarios lo acusan de desaparecer el dinero y ni siquiera poner un solo ladrillo. Puro atole con el dedo, como en la época en la que mandaban a construir sus negocios, como la marisquería, desde donde operaba el líder del cartel de Tláhuac, con recursos públicos y con mano de obra de servidores públicos. Qué bonitos morenistas.

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