El príncipe heredero saudí hizo ayer en China la tercera parada en su gira asiática. Tras visitar Pakistán e India, Mohamed bin Salmán (MBS) se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, en Pekín, y ambos brindaron una imagen que muestra la voluntad de ambos países de reforzar sus relaciones bilaterales.

La visita de MBS sirvió para que ambos países cerraran diversos acuerdos económicos, sobre todo, de carácter energético. El más jugoso de ellos es el que llevará a la petrolera estatal saudí, Aramco, a invertir 10 mil millones de dólares en un proyecto para construir una refinería y un complejo petroquímico en el noreste de China junto a una empresa local.

Además, Aramco suministrará el 70 por ciento del petróleo a este complejo una vez construido.

Por otra parte, MBS y Xi firmaron contratos en ámbitos como las finanzas, el transporte marítimo, las energías renovables y también en la lucha antiterrorista.

China, que es el primer cliente del petróleo saudí, no dudó en respaldar a Riad durante el escándalo por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul, Turquía, el pasado 2 de octubre de 2018.

Estos acuerdos se enmarcan también en el plan lanzado por Pekín para revitalizar la antigua ruta de la seda bajo el nombre de Vision 2030, y que pasa por hacer multimillonarias inversiones en infraestructuras en toda la región de Eurasia.