La ONU calificó ayer el desastre causado por el ciclón Idai en el este de África como una emergencia de nivel 3, una categoría que ahora mismo en el mundo sólo tienen las emergencias humanitarias en Siria y Yemen, dos países en guerra.

En Mozambique, el país más afectado por Idai y donde el ciclón tocó ­tierra el 14 de marzo, el nivel de agua ha comenzado a bajar y por primera vez este domingo se está pudiendo acceder a zonas adonde toda esta semana sólo se ha podido llegar por vía aérea. Los equipos de asistencia se vuelcan ahora en llevar alimentos, medicinas, agua potable, sistemas de saneamiento y materiales para poder proporcionar refugio a las casi 770 mil personas hasta el momento afectadas de forma directa por la tragedia.

Por el momento, el ciclón ha dejado 600 muertos (446 en Mozambique y 154 en Zimbabue), a los que se suman los 56 fallecidos que Idai causó en Malaui cuando todavía era una tormenta tropical. Además, más de 3,100 escuelas han quedado destrozadas en Mozambique y se han perdido 500 mil hectáreas de cultivos que estaban a punto de ser cosechados.

Las tareas de los organismos nacionales e internacionales se centran en el reparto de comida y en evitar enfermedades graves que suelen desencadenarse cuando el agua se estanca, como el cólera y la malaria.