Opinión

Cien años del descubrimiento de la insulina

Cien años del descubrimiento de la insulina

Cien años del descubrimiento de la insulina

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Este año se cumple el centenario del descubrimiento de la insulina. Antes de 1921 la diabetes en los niños era una tragedia mucho peor de lo que es ahora. Se presentaba con un cuadro de cetoacidosis grave, en el que un porcentaje considerable de los niños moría. Quien lograba salir del cuadro agudo, era para enfrentarse a un pronóstico de muerte certera en meses. Era una tragedia. En 1922 en Toronto, Elizabeth Hughes fue tratada por Banting con el nuevo medicamento. Se recuperó y vivió hasta el 15 de abril de 1981.

La insulina fue descubierta por Frederick Banting y John MacLeod en la Universidad de Toronto. Banting acabada de terminar la carrera de Medicina, se entrenaba en cirugía y fue auxiliado por George Best, entonces estudiante de medicina. MacLeod era profesor de fisiología. Se sabía entonces que en el páncreas había un factor cuya ausencia producía diabetes, pero era imposible aislarlo.

Banting leyó un artículo que describía que la ligadura del conducto pancreático hacía que las células que secretan tripsina degeneraran, pero no así las de los islotes de Langerhans. Se le ocurrió que si aislaba páncreas de perro con ligadura del conducto (por tanto, sin tripsina que destruye las proteínas) podría obtener la insulina. Y así fue. El homogenado de esos páncreas fue capaz de revertir la diabetes. Se había aislado así la insulina, el factor que hacía falta en los niños con diabetes.

Fue una locura mundial. No puedo imaginar el estado de excitación en la Universidad de Toronto en esos días. En 1923 la insulina se comenzó a distribuir por el mundo y Banting y MacLeod recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, convirtiendo a Banting, a la edad de 32 años, en la persona más joven que haya recibido tan codiciado reconocimiento en Medicina. Banting era un altruista por excelencia. Le compartió la mitad del monto del Premio Nobel a su estudiante George Best, le vendió la patente de la Insulina a la Universidad de Toronto por un monto simbólico de un dólar canadiense, con el mensaje que decía “la insulina pertenece al mundo, no a mí” y se enroló como agente de enlace en los servicios médicos de los aliados en la segunda guerra mundial, en donde encontró la muerte en un trágico accidente de aviación en Terranova en 1941, a los 49 años.

La insulina ha sido protagonista de múltiples descubrimientos trascendentes en medicina, tres más de los cuales resultaron en Premios Nobel. En 1935, Dorothy Hodgkins utilizó por primera vez la difracción de rayos x para determinar la estructura de una proteína, que fue la insulina, por lo que en 1964 se convirtió en la tercera mujer en recibir el Premio Nobel de Química, precedida por las mujeres Curie, María y su hija Irene.

En 1950 Frederick Sanger fue el primero en secuenciar una proteína, que fue la insulina, por lo que recibió el Premio Nobel de química en 1958, el primero de los dos que recibió. El segundo fue en 1980 por la metodología para secuenciar el DNA. En 1955 con la intención de medir la insulina en plasma Rosalyn Yalow y Salomon Berson inventaron el radioinmunoanálisis, que cambió el curso de la medicina, por lo que en 1977 recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, convirtiendo a Yalow en la segunda mujer en recibirlo.

A 100 años del trabajo de Banting y MacLeod el avance en el tratamiento y conocimiento de la diabetes es una muestra clara de lo que es capaz de hacer la humanidad cuando se tiene curiosidad, interés, talento, método científico y financiamiento.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM