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Ciencia mexicana, clave en seguridad alimentaria, control natal, frenar deterioro de la capa de ozono...

A partir de la pregunta del Presidente ¿Qué habían hecho?, "Crónica" revisó algunas aportaciones documentadas de la ciencia mexicana

Ciencia mexicana, clave en seguridad alimentaria, control natal, frenar deterioro de la capa de ozono...

Ciencia mexicana, clave en seguridad alimentaria, control natal, frenar deterioro de la capa de ozono...

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El Presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó ayer que muchos se quejan de que a su gobierno no le importa la ciencia y no se invierte en innovación tecnológica. Después se refirió a lo que ocurría antes de su administración y dijo: “¿Qué habían hecho? Nada. Nada. Coloquios, congresos, viajes al extranjero, viáticos. Ahora no. Ahora es investigación aplicada. El Conacyt ha hecho cosas extraordinarias. Imagínense, producir ventiladores para atender enfermos de COVID, en el momento que más se necesitaba”.

A partir de la pregunta del Presidente “¿Qué habían hecho?”, Crónica revisó algunas aportaciones documentadas de la ciencia mexicana y recuerda a sus lectores que la ciencia mexicana ha generado las variedades de trigo más sembradas en el mundo; la molécula base de la pastilla anticonceptiva; la primera explicación para frenar el agujero en la capa de ozono, así como antídotos contra venenos, vacunas contra la enfermedad de Chagas y cientos de aportaciones en ingeniería, física, geología y numerosas disciplinas de las que presentamos una breve mirada panorámica.

Gracias al trabajo de un mexicano, Francisco Bolívar Zapata, la insulina que usan los pacientes con diabetes ya no se extrae del páncreas de cerdos, sino de bacterias. Además es famoso el hecho de que la base química de la píldora anticonceptiva se produjo en México  y la patente del compuesto químico base de ese revolucionario invento, pertenece a George Rosenkranz y al ingeniero politécnico Luis Ernesto Miramontes, cuyo nombre aparece primero en la patente original.

También fue mexicano uno de los tres hombres que explicó que el gas que se usaba para enfriar a los refrigeradores de los hogares era una de las causas del adelgazamiento de la Capa de Ozono. Fue el Químico egresado de la UNAM, Mario Molina, quien años después explicó el papel de los gases Cloro-Fluoro-Carbonos (CFCs) en el adelgazamiento de la capa de Ozono.

Seguridad alimentaria.

El olvido es un agente corrosivo. En México pocos recuerdan que en 1970 el Premio Nobel de la Paz fue otorgado al doctor Norman Borlaug, que coordinó el mejoramiento genético de trigo en México a su llegada de Estados Unidos en 1946 y que generó variedades que resistían la roya del tallo, eran de porte bajo o enanas y eran más productivas. Esas semillas pusieron en marcha la “Revolución Verde” con la que se combatió el hambre en diferentes países de África, así como en India y Pakistán.

Además México es un país considerado centro de origen y domesticación del maíz, pero casi nadie sabe que el alrededor del 40 por ciento de la producción de trigo del mundo usa semillas desarrolladas en México por décadas a través del mejoramiento genético, actividad que han desarrollado conjuntamente el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).

Ese proceso de mejora continua ayudó a que la producción se incrementara de 800 a 5 mil 500 kilogramos por hectárea de 1950 al 2018.

Otro científico mexicano ejemplar, del que poco se habla es el Doctor Eduardo Villaseñor Mir, quien desde 1944 hasta 2020 México ha realizado 110 ciclos de recombinación y selección para mejorar variedades de trigo. Eduardo Villaseñor, en su trayectoria como genetista, ha liberado 49 variedades: 40 de trigo, 8 de avena y una de triticale.

Antivenenos y antibióticos.

México es el líder mundial en desarrollo y producción de antídotos contra venenos de animales ponzoñosos, desbancando desde hace décadas a Francia. Hace más de cuatro décadas iniciaron trabajos en este campo investigadores del  instituto de Biotecnología de la UNAM donde científicos como Alejandro Alagón, Lourival Possani Postay  y Gerardo Corzo Bruguete han estudiado la estructura de los venenos de alacranes, arañas, víboras y otros animales ponzoñosos de México y 16 naciones más.

Un ejemplo de estos proyectos es un antídoto y una vacuna contra el veneno de la araña Latrodectus mactans, conocida como viuda negra o capulina, cuyas toxinas provocan trastornos nerviomusculares, fuertes dolores e incluso pueden llegar a causar la muerte.

En otro campo de salud pública, en México se realizan investigaciones importantes sobre la manera como diferentes bacterias y otros microorganismos se han vuelto resistentes a los antibióticos, a pesar de que hace 20 años este tema no era visible ni se le consideraba urgente. En 2017 la ONU lanzó una alerta mundial por la llamada Resistencia a los antibióticos.

El poderoso radiotelecopio.

Las cosas grandes no se construyen en un día o un gobierno. Lejana y olvidada está la fecha exacta de 1993 en que el entonces secretario de Educación Pública, Ernesto Zedillo, aprobó el proyecto para construir en la cima del Volcán Sierra Negra, en Puebla, el Gran Telescopio Milimétrico, mundialmente conocido como el GTM.

Ese poderoso instrumento de acero y concreto, que pesa más de 3 mil 200 toneladas, es un equipo único, capaz de localizar un balón de futbol en cualquier punto del planeta Marte o, más importante, el radiotelescopio más poderoso para mirar hasta la orilla del Universo.

Pero además de todos los usos que este equipo aporta a la comprensión del universo, también generó muchos avances para la ingeniería mexicana, aplicables al desarrollo de otro tipo de infraestructura La geométrica construcción se aferra al suelo de roca basáltica del Volcán Sierra Negra con 37 pilas de concreto. Cada una mide un metro de diámetro y tiene entre 20 y 27 metros de profundidad.

El resto de la estructura es de acero y concreto, pero es muy singular. Tiene capacidad para soportar un terremoto de 9 grados en la escala de Richter. Esta es una resistencia altísima si se toma en cuenta que el terremoto que devastó a la ciudad de México en 1985 tuvo una intensidad de 8.1 grados Richter. El GTM también es capaz de soportar rachas de vientos de 240 kilómetros por hora, similares a los que azotaron Cancún con los huracanes Gilberto, en 1988, y Wilma, en 2005. Este telescopio es la estructura más resistente de México, seguida por la nucleoeléctrica de Laguna Verde.

Los estudios sobre rayos cósmicos hechos por Manuel Sandoval Vallarta, en la primera mitad del siglo XX, y los cálculos del núcleo del átomo, elaborados por Marcos Moshinsky desde hace más de 50 años, son dos de las aportaciones más sólidas que ha hecho México a la física contemporánea.

Son miles los datos de aportaciones mexicanas al conocimiento científico y desarrollo tecnológico. A lo largo de 25 años, el periódico Crónica ha sido la única que ha publicado diario información sobre las investigaciones mexicanas. Una revisión a sus archivos puede documentar que, más allá de gobiernos, se ha hecho mucho en la ciencia  mexicana.