Cientos de miles de argelinos se lanzaron a las calles de las principales ciudades del país este viernes para exigir que no se marche sólo el presidente Abdelaziz Buteflika, sino que abandone el poder la cúpula del régimen entera.

El lunes pasado, Buteflika, de 82 años, anunció su renuncia a volverse a presentar a las elecciones de abril, y puso en marcha un proceso de transición indefinido, liderado por su hasta ahora secretario de Interior, Nouredin Bedaui.

Sin embargo, una gran mayoría de argelinos expresaron en las calles que perciben el movimiento como “una maniobra del régimen” para mantener sus privilegios y no pagar por sus desmanes.

Por ello, en el caso de la capital, Argel, una marea humana se manifestó para recordar que “el pueblo quiere la derrota del régimen”. “Son las mismas caras. Ya estamos hartos de ellos, que se vayan todos. Queremos un nuevo gobierno con nueva gente, que lo entiendan”, sentenció un joven.

La manifestación fue festiva e incluso familiar, y los participantes instaron a la policía a unirse a la protesta, en un país donde técnicamente está prohibido manifestarse. Los policías, incluyendo granaderos y servicios secretos, no intervinieron en ningún momento, e incluso aceptaron caramelos y flores que les ofrecían los ciudadanos.