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Cinco escenarios mundiales para Venezuela

ENCRUCIJADA: El realismo mágico en Venezuela, con dos presidentes, uno legítimo y otro impostor, según a quien se le pregunte, hace difícil prever qué va a ocurrir. La historia de lo que pasó en Chile, Egipto, Siria, Irak o Berlín, nos muestra que es posible tanto la guerra como la paz.

ENCRUCIJADA: El realismo mágico en Venezuela, con dos presidentes, uno legítimo y otro impostor, según a quien se le pregunte, hace difícil prever qué va a ocurrir. La historia de lo que pasó en Chile, Egipto, Siria, Irak o Berlín, nos muestra que es posible tanto la guerra como la paz.

Cinco escenarios mundiales para Venezuela

Cinco escenarios mundiales para Venezuela

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
1. Transición Chilena. Maduro renuncia y convoca elecciones. (Mejor escenario, aunque improbable).

En 1988, el dictador Augusto Pinochet convocó un referéndum sobre si debía continuar como jefe de Estado. Convencido de ganar, tras 15 años diciendo que evitó una nueva Cuba, fue humillado con un contundente “no”. Al menos tuvo el decoro de leer el mensaje del pueblo y convocó elecciones libres, en las que no participó. La oposición antipinochetista también estuvo a la altura y acordó una transición sin cacería de brujas, para no asustar al Ejército y que no saliera de sus filas otro Pinochet.

Si extrapolamos esta vía a Venezuela, la aplastante victoria de la oposición antichavista en las legislativas de 2015 fue el equivalente al referéndum chileno. El mensaje de esa mayoría de venezolanos, hartos de hacer colas y de la deriva autoritaria de Nicolás Maduro, era inequívoco: el presidente-dictador debía renunciar y convocar elecciones democráticas. Hizo lo contrario: abolió la Asamblea Nacional elegida por el pueblo, colocó en el Tribunal Supremo a jueces chavistas y encarceló a opositores.

Sin embargo, la presión interna y externa ahora es más fuerte que nunca, con un presidente interino, Juan Guaidó, reconocido por las potencias occidentales y latinoamericanas (excepto México) y con la asfixia financiera de EU al régimen, a través del petróleo. Así que, si no quiere prolongar la agonía de su fallida revolución ni incendiar el país con un conflicto armado, la salida más noble sería su renuncia. Pero este escenario es muy poco probable, ya que sería considerado alta traición por la cúpula militar, que lo sostiene a cambio de privilegios

2. Primavera Egipcia. Los militares obligan a Maduro a renunciar y convocan elecciones. (Escenario posible).

El 25 de enero de 2011 estalló la primavera árabe en Egipto, contagiada por lo ocurrido en Túnez, donde la población, indignada por la brutalidad policial y el saqueo de las arcas por parte de los privilegiados del régimen, logró derribar la dictadura de Ben Ali, quien huyó a Egipto en busca de la protección de otro dictador mucho más temible: Hosni Mubarak.

El “faraón” se mostró desafiante a las protestas, asegurando que no iba renunciar. Sin embargo, en cuanto empezaron a caer los primeros civiles muertos, los militares dieron la espalda a Mubarak y lo forzaron a dejar el poder y a convocar elecciones libres. Después de 30 años de control absoluto sobre Egipto, Mubarak fue derribado en 18 días.

Si extrapolamos esta vía a Venezuela, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana podría haber forzado a Maduro a marcharse tras ordenar abrir fuego contra los estudiantes durante la ola de protestas en febrero de 2014, diez meses después de ser nombrado heredero del fallecido Hugo Chávez. Pero los militares no pidieron la renuncia de Maduro, ni siquiera tras sumar más de 22 muertos. Si no lo hizo entonces, difícilmente lo hará ahora, cuatro años después, pese a los cientos de muertos y denuncias sobre el saqueo de PDVSA y los nexos entre los militares y el narcotráfico. Tampoco ha funcionado la promesa de amnistía ofrecida por Guaidó (y bendecida por EU) a Maduro y a la cúpula militar.

3. Vía siria. Rusia envía tropas a petición de Maduro. (Escenario casi imposible y catastrófico).

El 30 de septiembre de 2015, Rusia comenzó a bombardear objetivos de la oposición siria, a petición del dictador Bachar al Asad, que pidió ayuda a su aliado Vladimir Putin cuando sintió que iba a perder la guerra civil. Casi cuatro años después, el régimen de Damasco está a punto de cantar victoria.

Si lo extrapolamos al caso venezolano, ya existe de facto intervencionismo ruso desde la época de Chávez, mediante el envío de armamento ruso. Sin embargo, nadie ve a Putin ordenando una invasión militar en el otro extremo del mundo, sin que corra el peligro de una dura respuesta estadunidense, como ocurrió durante la crisis de los misiles soviéticos en Cuba. Además, el presidente ruso parece más preocupado en recuperar el dinero prestado a Maduro que en perder un aliado latinoamericano. Una cosa fue reconquistar militarmente Crimea, considerada por los rusos parte de la patria, y otra seguir financiando un régimen al borde de la bancarrota, sobre todo cuando crece el descontento entre los rusos con el Kremlin por su programa de ajuste económico.

4. Vía iraquí. Estados Unidos interviene a petición de Guaidó. (Escenario posible y catastrófico).

El 20 de marzo de 2003, Estados Unidos invade Irak para derrocar a Sadam Husein, con la excusa de que escondía armas de destrucción masiva. Las minorías chiita y kurda, reprimidas por el tirano sunita durante décadas, celebraron esta intervención extranjera que acabaría con el ahorcamiento de Husein, pero el mundo no se tragó la mentira del republicano ni su desastrosa gestión de la posguerra, que degeneró en una guerra civil.

Si lo trasladamos a Venezuela, el presidente de Estados Unidos Donald Trump no se cansa de repetir que la opción militar “está sobre la mesa”. Guaidó también ha sugerido en varias ocasiones que no descarta una intervención militar de EU, si Maduro sigue “usurpando el poder”.

Las potencias europeas y americanas que reconocen a Guaidó como presidente han declarado expresamente su rechazo a cualquier intervención armada extranjera, con la excepción de Colombia y Brasil, cuyos presidentes, el conservador Iván Duque y el ultraderechista Jair Bolsonaro, se han reunido con Trump y con el jefe del Comando Sur, aunque siempre mostrando una calculada ambigüedad sobre una presunta alianza militar de sus países con EU.

Si damos crédito a la advertencia del número dos del régimen, Diosdado Cabello, que augura “un nuevo Vietnam” si tropas de EU invaden Venezuela, y a la del ministro de Defensa, Vladimir Padrino, que advierte que “sólo pasarán por encima de sus cadáveres”, la opción militar sería catastrófica y abriría la puerta, como en Irak, a una guerra civil entre chavistas y antichavistas.

5 La caída del Muro de Berlín. El régimen se rinde ante la presión popular. (Escenario posible y el más espectacular).

La noche del 9 al 10 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín y tras él fueron cayendo, como fichas de dominó, los países comunistas del Este de Europa, hasta el colapso final de la URSS. El desgaste del gobierno de la Alemania del Este, corroído por el autoritarismo, la corrupción interna y el desastre de la economía estatista, agrietaron peligrosamente el régimen comunista, pero lo que acabó por derribarlo fue la enorme presión popular y las ansias de libertad de los alemanes orientales.

Éste es precisamente el momento histórico que Guaidó espera que se repita mañana sábado, en el puente fronterizo que separa a Venezuela de la ayuda humanitaria que se almacena en el lado colombiano. El muro sería la barrera de camiones que bloquean el paso, levantado por el régimen chavista, y la fuerza que derribará ese muro sería el pueblo venezolano.

Cuando dentro de unas horas se vean las caras ese ejército del pueblo y el ejército bolivariano en la frontera, habrá llegado el momento de la verdad. Si este último abre fuego, la guerra estaría más cerca que nunca. Si se rinde, el régimen chavista se derrumbaría irremediablemente.

fransink@outlook.com