Opinión

Ciudadanos alertadores

Ciudadanos alertadores

Ciudadanos alertadores

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Si el vaso no está limpio, lo que en él

derrames se ­corromperá.

Horacio

En septiembre de 2019, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los Lineamientos para la Promoción y Operación del Sistema de Ciudadanos Alertadores Internos y Externos de la Corrupción, para que los ciudadanos denuncien presuntos actos de corrupción por cohecho, peculado y desvío de recursos públicos cometidos por servidores públicos federales. En principio estaban incluidas también las “alertas” por violaciones a derechos humanos, hostigamiento y acoso sexual, pero el 11 de junio de este año se modificaron los Lineamientos para denunciar únicamente los actos de corrupción mencionados.

Alertador es cualquier persona física que proporcione información a la Coordinación General del Sistema, sobre esos tres actos de corrupción; Alertadores internos serán los servidores públicos y, externos, los ciudadanos que no forman parte del servicio público. ¿Qué cree? Los servidores públicos tienen la obligación de denunciar faltas administrativas de las que tuviere conocimiento. No hacerlo representaría una falta administrativa para ellos. ¿Para qué entonces duplicar y convertir en una potestad algo que ya es un deber?

Este Sistema de Alertadores depende de la Secretaría de la Función Pública, que si bien, tiene atribuciones de contraloría, no figura como la principal instancia anticorrupción. ¿Por qué no unificar procedimientos en éste, el sexenio del combate a la corrupción, mediante el Sistema Nacional Anticorrupción?

Resulta particularmente curiosa la instauración de este sistema de alertadores, cuando el mismo Presidente de la República es un convencido de la simplificación de estructuras de gobierno, incluso desapareciéndolas; de hecho, hace unos días criticó la creación de “organismos para todo”. Así que o la SFP se fue por la libre o hay un criterio discrecional de Gobierno para decidir cuándo sí y cuándo no. Teniendo un SNA que cuenta con un Comité de Participación Ciudadana al que bien podría fortalecerse dotándolo de esas atribuciones ahora concedidas al sistema de alertadores, francamente no entiendo la necesidad de crear un nuevo mecanismo e instancia de denuncia, perdón, de alerta.

Hoy me parece exagerado pensar en una similitud de estos alertadores con la GESTAPO, policía secreta oficial de la Alemania nazi, encargada de eliminar cualquier amenaza para el Estado. La sospecha de su semejanza nace ya que al parecer los alertadores son incentivados a denunciar sólo a quienes no sean afines al gobierno porque, lamentablemente, hemos tenido noticia de personajes cercanos al gobierno cuyos actos calificaría como, corruptos en grado de pestilencia que simplemente han sido despachados con más gracia que justicia.

Los Lineamientos establecen que la Coordinación General deberá dar acompañamiento a los alertadores durante todo el proceso de investigación, como si el alertador tuviera que participar en todo un proceso que se traduce en una carga para cualquiera, incluso teniendo toda la buena voluntad de actuar guiado por una especie de deber cívico. Así se desincentiva la participación, apuesto lo que quieran. En todo caso, la denuncia formal y el seguimiento del procedimiento debería corresponder a la autoridad administrativa y/o ministerial.

Las vías para denunciar hechos de corrupción ya existen. Tenemos mecanismos administrativos y hasta penales. Si las denuncias no se dan es por desconfianza en el sistema. Por cierto, una aparente novedad es el anonimato de las alertas, pero de novedoso nada tiene, pues ello ya se encuentra previsto en la Ley General de Responsabilidades Administrativas.

Lo que debe fortalecerse y reivindicarse es la confianza que la gente tiene en el gobierno a la luz de sus resultados. En nada abona a ello que un Acuerdo como éste advierta a sus usuarios ¡Importante! Te sugerimos no enviar la alerta desde tu lugar de trabajo para que no pueda ser rastreada. Así, tal cual, puede leerse en la página electrónica del sistema de alertadores. No entiendo mucho del tema, pero supongo que si pueden rastrear una computadora, pueden rastrear otra. ¿Dónde queda entonces la garantía de anonimato?

Hago votos porque este sistema no sea desde su nacimiento uno de esos preciosos elefantes blancos pero reumáticos o que, si llega a superar su achacosa condición, no sea empleado para aplastar a capricho a quienes sus domadores señalen.

Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM

@capastranac