Cientos de manifestantes salieron hoy a las calles de la insegura ciudad oriental de Jalalabad y en otros puntos del este de Afganistán para exigir al Gobierno y a los talibanes que anuncien "inmediatamente" un alto el fuego antes de entablar conversaciones de paz.

Equipados con carteles como "Queremos un alto el fuego, queremos paz", los manifestantes recorrieron los dos kilómetros que separan los cuarteles de Policía de la insegura provincia de Nangarhar, que tiene a Jalalabad por capital, de la residencia oficial del gobernador, afirmó a Efe el organizador de la protesta, Farhad Adil, de 38 años.

Los ciudadanos, limitados según el convocante a unos cientos por razones de seguridad, exigieron el cese de las hostilidades por ambas partes: tanto los bombardeos del Gobierno en áreas rurales "que causan bajas civiles" como los "ataques suicidas diarios" en las ciudades de los insurgentes.

"El Gobierno y los talibanes deben parar sus ataques mortales, anunciar un alto el fuego de un año antes de las conversaciones de paz serias. Entonces, no importará cuánto tiempo tome el proceso de paz", dijo Adil.

"La gente está cansada del baño de sangre", dijo a Efe uno de los manifestantes, Abdullah Rahmani, de 21 años.

Protestas similares tuvieron lugar en la provincia de Kandahar (sur) y en Khost (sureste), donde cientos de personas salieron a las calles para reclamar un alto al fuego, afirmó a Efe Bismillah Watandost, un portavoz de la asociación convocante Movimiento Popular para la Paz (PPM, en inglés).

El PPM se dio a conocer a mediados del año pasado cuando organizó una marcha por la paz a pie desde la convulsa provincia sureña de Helmand hasta Kabul para impulsar los diálogos entre Gobierno y talibanes.

En los últimos meses, los insurgentes han mantenido reuniones con autoridades de varios países, entre ellos Estados Unidos.

Dos rondas de conversaciones preliminares se celebraron en Catar en octubre y noviembre, y una última en Emiratos Árabes Unidos entre los talibanes y una delegación estadounidense, en presencia de Pakistán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí.

Sin embargo, los insurgentes se negaron a reunirse con los enviados del Gobierno afgano y esta semana advirtieron a EEUU que podrían paralizar las conversaciones.