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Claves para entender la crisis de los submarinos que enfurece a Francia y China, e inquieta al mundo

El pacto secreto entre Washington, Canberra y Londres, para enfrentar con la amenaza expansionista de Pekín en el sudeste asiático, es síntoma de que el mundo se enfrenta a una Segunda Guerra Fría

Claves para entender la crisis de los submarinos que enfurece a Francia y China, e inquieta al mundo

Claves para entender la crisis de los submarinos que enfurece a Francia y China, e inquieta al mundo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
1.- ¿Qué causó el estallido de la llamada crisis de los submarinos?

El miércoles de la semana pasada, Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia anunciaron por sorpresa el nacimiento de la alianza militar Aukus (de los acrónimos, Au de Australia; UK, de Reino Unido; y US de Estados Unidos), creada para la defensa conjunta de sus intereses en la región Indopacífico, la zona más inestable del mundo en términos geopolíticos por la amenaza expansionista china y los intereses de EU en ella.

2.- ¿Por qué Francia reaccionó tan airadamente?

Porque el pacto significa para Francia una doble puñalada por la espalda asestada por dos países aliados, que ha dejado maltrecha la grandeur de la que presumen los franceses.

La primera puñalada es obra de Canberra, por romper unilateralmente un jugoso acuerdo de casi 60 mil millones de dólares en la compra de submarinos convencionales que iba a fabricar una empresa militar francesa; y la segunda puñalada se la asestó Washington, por haber negociado en secreto con los australianos y con los británicos, una triple alianza a espaldas de Francia, y cuya primera consecuencia ha sido romper el contrato de los submarinos convencionales franceses, para firmar otro para la compra de submarinos nucleares estadounidenses.

3.- ¿Qué importancia tiene que el presidente Macron haya llamado a su embajador en Washington?

Francia ha sido un aliado de Estados Unidos desde la guerra de independencia y la fundación del nuevo país americano, el 4 de julio de 1776. En estos 245 años, París nunca había retirado un embajador de Washington, como ocurrió la semana pasada. Consciente de ello, el presidente de EU, Joe Biden, quiere llamar personalmente a su homólogo francés, Emmanuel Macron, para contentarle; pero el daño entre los dos viejos aliados ya está hecho.

Paradójicamente, Francia ha llegado a la conclusión de que no se puede fiar más de los gringos, justo cuando Estados Unidos tiene al frente de la diplomacia al secretario de Estado más “afrancesado”: Tony Blinken, crecido y educado en París.

4.- China denuncia que la alianza “huele a guerra fría" ¿Está exagerando?

En absoluto. El triple pacto militar entre “angloaliados” es consecuencia de que la Segunda Guerra Fría en realidad ya ha estallado. La diferencia con la primera —que ganó EU tras el colapso de la URSS, a finales de 1991— es que, en esta ocasión, el centro de gravedad del conflicto no es Europa (relegada a potencia económica, con influencia diplomática y militar casi nula) sino que se ha movido al sudeste asiático.

Ahora bien, una cosa es que China tenga razón en que el pacto militar Aukus huele a guerra fría y sea una amenaza para la estabilidad mundial y otra cosa que este movimiento de ficha de Biden (quien necesita recuperar el prestigio, luego del fiasco en Afganistán) no sea consecuencia del cada vez más descarado expansionismo belicista del presidente Xi Jinping en el sudeste asiático.

5.- ¿Por qué es tan disputado el Mar de China Meridional?

Que China quiera convertirse en la potencia hegemónica de la economía y el comercio no es un secreto; pero el ambicioso Xi sabe que no puede ganar la partida a EU si, además, no convierte a su país en la primera potencia militar… y el primer objetivo es dominar el Mar de China Meridional, que considera suyo, incluidas las aguas internacionales que separan a China continental de Taiwán, en el flanco norte del área marítima; a Filipinas y Vietnam, en el centro del Mar de China Meridional; y a Indonesia, Brunéi, Malasia y Singapur, en flanco el sur.

El origen del conflicto hay que buscarlo en dos archipiélagos a priori insignificantes en medio del Mar de China Meridional: las islas Paracel, que disputan su soberanía China y Vietnam, y más al sur las islas Spratly, que se la disputan China, Vietnam, Filipinas Malasia y Brunéi. La importancia de estas decenas de pequeñas islas deshabitadas es que, quien las controle, tiene acceso a recursos submarinos no explotados (petróleo, gas) y controlaría, además, el corredor marítimo por donde pasa el 70 por ciento del comercio mundial.

China defiende la soberanía de las islas porque así quedó delimitada en la época del gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-chek y —sostiene— fue aceptada por las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial.

Pero EU niega tal acuerdo y advierte a Pekín que impedir que sus barcos naveguen libremente en esas aguas internacionales es una línea roja, al igual que atacar a los países ribereños. Uno de ellos se atrevió incluso a desafiar a China en tribunales internacionales: Filipinas.

6.- ¿A quién dio la razón la Justicia internacional?

Tras años denunciando al régimen de Pekín por acoso de sus barcos militares a sus pesqueros, Filipinas presentó en 2013 una querella contra China sobre la disputa del arrecife Scarborough. En 2016, la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya falló a favor de Manila, al sentenciar que no hay “base legal” en los supuestos derechos de China sobre la soberanía de ese arrecife (y en consecuencia del resto de islas en aguas internacionales del Mar de China Meridional).

Pekín no sólo rechazó el fallo, sino que aceleró la construcción de bases militares y pistas de aterrizaje en atolones naturales o artificiales, ante la impotencia de los países vecinos y pese a las ruidosas (pero estériles) notas de protesta de las tres potencias que temen la hegemonía china en la región Asia-Pacífico: Japón, Estados Unidos... y Australia.

7.- ¿Por qué de repente Australia se encuentra en el ojo del huracán?

Básicamente, porque el primer ministro australiano, el conservador Scott Morrison, compró la versión de la extrema derecha estadunidense (de la que se hacía eco su amigo y entonces presidente Donald Trump) de que el objetivo de China para dominar el mundo empezaría con la invasión de Taiwán, luego el control total del Mar de China Meridional, para desde allí invadir Australia y los países del Pacífico Sur.

El contrato para hacerse con submarinos nucleares estadounidenses significa no sólo que Australia se convierte en la séptima potencia con submarinos nucleares del mundo —en cuyo club sólo están EU (con 72), Rusia (32), China (12), Reino Unido (11), Francia (8) e India (2), según el International Institute for Strategic Studies—, sino que la triple alianza militar confirma la apuesta de Biden por el “América Primero” de Trump, pero ahora ampliado: “América (y mis aliados británicos y australianos) Primero”.

8.- ¿Por qué el mundo debería inquietarse?

Por lo que ya han advertido a voz abierta este fin de semana Malasia e Indonesia y (con su elocuente silencio) Corea del Sur y Japón: porque Australia, además de violar el acuerdo de no proliferación de armas nucleares, dispararía una peligrosa carrera armamentista en una región con un régimen tan imprevisible como Corea del Norte y con un régimen, el chino, que está buscando una excusa para invadir su “provincia rebelde”.

No es de extrañar que The Economist abriera su portada de mayo con este titular: “El lugar más peligroso de la Tierra”, y en el centro de la revista un radar de submarino apuntando a una isla: Taiwán.