Opinión

Clima y transmisión de COVID-19

Clima y transmisión de COVID-19

Clima y transmisión de COVID-19

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Dra. Fabiola Méndez Arriaga

Cátedra CONACYT, UNAM Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología e Instituto de Ingeniería, Laboratorio de Energías Renovables, Planta Solar.

Dr. Francisco José Sesma-Sánchez

Investigador Emérito, SNI y UNAM, Miembro del CCC, Instituto de Ingeniería

Los coronavirus pertenecen a la familia de los Coronaviridae y son miembros de la subfamilia Coronavirinae (ICTV, 2020). Estos virus no fueron considerados patogénicos al ser humano sino hasta su brote en poblaciones que manifestaron síndromes respiratorios graves en 2002-2003 en China y 10 años después en países del medio oriente.

Fueron conocidos como SARS (por Síndrome Respiratorio Severo Agudo; del inglés Severe Acute Respiratory Syndrome) y MERS (por Síndrome Respiratorio del Medio Oriente; del inglés Middle East Respiratory Syndrome).

El nuevo brote surgido en Wuhan, China el 8 de diciembre de 2019 pertenece a este mismo tipo de virus y fue nombrado como SARS-CoV-2 y COVID-19 la enfermedad de infección respiratoria que causa.

Desde entonces ha llamado poderosamente la atención establecer si las características climáticas y medioambientales locales de los sitios donde han existido epidemias inducen efectos proclives al brote, a la transmisión o a la infectividad de dichos patógenos.

La comunidad científica coincide en aceptar que las bajas temperaturas, características de los periodos estacionales invernales, han facilitado el brote y dispersión de los coronavirus.

En México, el brote del SARS-CoV-2 surgió efectivamente a finales de febrero, aun en época invernal, en los 32 estados del país (incluyendo la capital).

En el artículo de Méndez-Arriaga (2020) publicado en una revista especializada, se señala la estrecha relación entre la incidencia de infecciones epidémicas y las condiciones ambientales.

En ese trabajo se exploraron la temperatura, la evaporación, la precipitación y otros efectos climáticos en la trasmisión local del coronavirus SARS-CoV-2 desde el 29 de febrero (fecha del primer brote) hasta el 31 de marzo de 2020.

Se realizaron asimismo diversos análisis estadísticos de la asociación entre los Casos Locales diarios Confirmados Positivamente de COVID-19 (CLCP) y las características del clima con base en los informes de las estaciones meteorológicas.

En el estudio se calculó la tasa de trasmisión local (TTL) como el cociente del valor regional de casos confirmados CLCP entre el número de días efectivos de contagio en cada estado.

Los resultados muestran una asociación negativa entre temperatura (media, máxima y mínima) y la clasificación de clima basada en las variables CLCP y TTL. En contraste, la precipitación se correlacionó positivamente con CLCP y TTL.

Las asociaciones entre las clasificaciones de clima y estos índices son estadísticamente significativas. El clima cálido retrasó el surgimiento de brotes.

Sin duda, fueron casos importados provenientes de Italia, España, Alemania, Francia, Estados Unidos, China y Singapur los que iniciaron el brote del virus en prácticamente todas las entidades del país, con la excepción de sitios muy aislados.

Los brotes no fueron sincrónicos, es decir, no en todos los estados de la Republica se suscitaron simultáneamente. Fueron en las zonas templadas y secas donde se registraron los casos iniciales de contagio, siguiendo posteriormente las regiones de clima cálido donde se registraron los primeros brotes.

Dada la evidencia científica documentada proveniente de experiencias de laboratorio, las temperaturas bajas y ambientes secos favorecen la infectividad, la mayor virulencia (valga la redundancia) de este virus en interiores.

Por ello, parece conveniente, o mejor, indispensable que en entornos confinados se eviten dichas condiciones las cuales son especialmente generadas por equipos de aire acondicionado.

Entre las diversas medidas prácticas de interés para la salud pública, se sugiere que la circulación de aire fresco y el calentamiento habitacional sea, de ser posible, natural, mediante energía solar.

Estas medidas deberían ejercerse durante las etapas de estricto confinamiento masivo para la contención sanitaria. Implican ciertamente la participación ciudadana desde sus hogares, cooperando con mantener la sana distancia y contribuir a reducir la transmisión masiva.

Las pandemias no sólo han aparecido en la historia o en la literatura, son, como escribiera el Che Guevara, una realidad mil veces presente.

Las pandemias son fenómenos que ofrecen una gran oportunidad de conocernos, de acercar y divulgar la ciencia a amplios sectores de la población.

Podríamos decir que ya tocaba, pero si realmente queremos que la especie conviva con sus virus, con sus microorganismos, con su fauna silvestre y consigo misma, debe recurrir a la ciencia para cuidar la biosfera y mantener, activamente los equilibrios planetarios porque, viéndolo bien, éste es el único planeta que tenemos.

REFERENCIAS

International Committee on Taxonomy of Viruses (2020).

https://talk.ictvonline.org/

Fabiola Méndez-Arriaga (2020). The temperature and regional climate effects on communitarian COVID-19 contagion in Mexico through phase 1. Science of the Total Environment.

https:// doi.org/10.1016/j.scitotenv.2020.139560.