El atentado terrorista contra la Escuela de la Policía en Bogotá, que causó al menos 20 víctimas mortales, más el atacante, dejó herida de muerte la ya paralizada negociación de paz entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), guerrilla a la que el ejecutivo de Iván Duque culpó ayer por el ataque.

El gobierno acusó a la guerrilla de perpetrar el atentado con una camioneta-bomba contra la Escuela de Policía General Francisco de Paula Santander, que también dejó 68 heridos, de los cuales dos se encuentran muy graves.

“El autor material de este acto terrorista es miembro del Ejército de Liberación Nacional (ELN)”, afirmó el fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez, en una rueda de prensa celebrada en la Casa de Nariño, la sede presidencial, junto con el secretario de Defensa, Guillermo Botero.

Martínez se refirió así a José Aldemar Rojas Rodríguez, de 56 años, quien según Botero era conocido con los alias de Kiko o El Mocho porque en un incidente hace nueve u once años perdió su mano derecha al manipular explosivos.

El presidente colombiano, Iván Duque, decidió en agosto pasado, tras tomar posesión, suspender el proceso de diálogo con el ELN, y condicionó ­reanudarlo a que la guerrilla abandona sus actividades delictivas y que libere a todos sus secuestrados.

ALERTA ROJA. Sin embargo, tras el atentado, Duque dio ayer un paso más en la dirección contraria y anoche anunció que decidió reactivar las órdenes de captura contra los 10 miembros de los negociadores de paz de la guerrilla, y pidió a Cuba, sede de los diálogos, que las haga efectivas.

“Esto significa la terminación inmediata de todos los beneficios otorgados a ellos en el pasado por el Estado y la activación de las circulares rojas de la Interpol”, agregó el presidente en un mensaje en cadena nacional.

Por otra parte, las autoridades colombianas capturaron en la madrugada de este viernes a Ricardo Andrés Carvajal, un hombre del que dijeron que estuvo implicado en el atentado.