Tras pasar tres días internado en un hospital de Bogotá, el joven de 18 años, Dilan Cruz, falleció el martes, víctima de la represión policial de las protestas en Colombia, que estallaron el jueves.

El joven recibió un disparo en la cabeza, al parecer de un proyectil de goma, por parte del Escuadrón Móvil de los granaderos colombianos cuando participaba en una marcha pacífica, y su ingreso en el hospital llevó a miles de personas a usar su imagen en las marchas como símbolo de resistencia ante la represión policial.

La muerte del joven hizo brotar ayer memoriales en las ciudades, pero también sirvió de combustible para la rabia social contra el presidente conservador Iván Duque, a quien los manifestantes acusan de pretender sacar adelante un “paquetazo” de recortes sociales. Esto es lo que detonó las protestas la semana pasada.

Duque se reunió ayer durante dos horas con los sindicatos del país, tras anunciar el viernes un “diálogo nacional” para tratar de evitar una escala del conflicto.

Sin embargo, estos sindicatos convocaron para hoy un nuevo para nacional “para reclamarle al gobierno que negocie el ‘paquetazo’ que nosotros hemos señalado como las causas que han prendido esta protesta social”, afirmó Elías Fonseca, miembro del comité ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

Los manifestantes también exigen al gobierno más compromiso con el acuerdo de paz con las FARC y medidas contra el asesinato de líderes sociales.