España entró, la pasada medianoche, hora local, en la campaña electoral que concluirá en las elecciones generales del próximo 28 de abril, en las que el presidente Pedro Sánchez espera lograr un resultado que le permita continuar gobernando.

El ambiente político muy polarizado, el alto nivel de indecisos, la disputa sobre Cataluña y la fragmentación del mapa político son algunos de los elementos clave de esta campaña.

Con un 41.6 por ciento de indecisos, según la gran encuesta oficial divulgada el martes, los analistas coinciden en que los resultados reales pueden variar enormemente dependiendo del nivel de participación.

Las encuestas divulgadas apuntan a que el gobernante Partido Socialista (PSOE) se convertiría en el partido más votado, pero sin lograr mayoría absoluta.

Por detrás quedarían el conservador Partido Popular (PP), que sufriría una fuerte caída en escaños, el derechista liberal Ciudadanos (C’s) y la izquierda de Podemos.

Otro de los factores que marca esta campaña es la entrada de la extrema derecha en el Parlamento por primera vez desde el franquismo. Vox podría alcanzar hasta más de 30 escaños de los 350 totales.

Según estas encuestas, a Sánchez podría bastarle con pactar con Podemos para gobernar, pero podría necesitar también de los nacionalistas vascos.