Opinión

Cómo se pierde Australia

Cómo se pierde Australia

Cómo se pierde Australia

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Transito de rodillas por un cárdeno bosque.

La playa está quemada.

Los árboles partidos.

Las sombras animales huyeron para ahogarse o para trasmutar en la ceniza.

Me inclino ante ti, jardín ya derrotado por el fuego que es un dragón impetuoso y cruel, invocado por seres que han osado ensayar la domesticación del oso y la semilla.

Los derribados troncos desangrados de salvia, los abrasados templos de nidos y de insectos, aún extienden desesperados brazos para implorar por lluvia en suelo yermo.

El canguro perdido se lame quemaduras.

El perro que no cesa de buscar a su amo.

El cerdo condolido por el koala huérfano que se asusta al oír cómo explota la brea.

Te dejé con el agua, con el verdor tejido entre las hojas.

Te dejé con la nube, con la casa de los artesonados.

Un bombero caído sobre brasas imagina que vuelve a ver el hielo. Y yo también deseo volver a ver el fuego sin pensar en la carne calcinada.

La ruta huele a plástico quemado.

He perdido la cuenta de los esqueletitos que se ven abrazados por temor a separarse aún entre las llamas. Es carbón inmortal de las criaturas que quisieron salvar a crías y huevos del trágico crisol entre naturaleza y hombre.

No sé qué puede ser más lacerante, perecer en el cieno, ser olvido, o ser indiferentes que observan desde lejos cómo se pierde Australia.