Con un total de 22 días, el actual cierre parcial de la Administración batió ayer récord como el más largo de Estados Unidos. El actual cierre gubernamental supera el récord que hasta ahora ostentaba el cierre acontecido entre 1995 y 1996 bajo el mandato de Bill Clinton, debido a una disputa presupuestaria en cuestiones de sanidad, educación y medioambiente.

Y en este caso, aún no hay indicios de que Trump y la oposición demócrata puedan alcanzar un acuerdo que le ponga fin. De hecho, el presidente estadunidense advirtió ayer que este cierre parcial podría prolongarse por “un largo tiempo”, a la vez que insistió en que la oposición demócrata debe aceptar el muro fronterizo para enfrentar lo que considera “una crisis humanitaria”.

Trump exigió a los demócratas que regresen de sus “vacaciones” y se pongan a trabajar para construir el muro.

El mandatario exige al Congreso 5 mil 700 millones de dólares para levantar el muro en la frontera con México, pero los demócratas se niegan en redondo a autorizar estos fondos.

Entre tanto, 800 mil trabajadores federales han visto afectado su empleo, y no están cobrando. Si bien los asalariados recuperarán su dinero una vez se logre un acuerdo presupuestario, los trabajadores con contratos externos pueden no cobrar nada.

“DA MIEDO”. Una de éstas es Donna Kelly, una guarda de seguridad de 63 años en el Museo Smithsonian de cultura afroamericana, que relataba ayer a la CNN su situación: “Da miedo, realmente, porque no sé cuánto durará esta situación”. “Deben encontrar una solución para poner a la gente a trabajar de nuevo, porque sea lo que ocurra entre ellos (los políticos), nosotros no deberíamos pagar el precio; no deberíamos sufrir por un muro, a nosotros no nos importa el muro”.