Opinión

Consecuencias de unas elecciones británicas desquiciadas

Consecuencias de unas elecciones británicas desquiciadas

Consecuencias de unas elecciones británicas desquiciadas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
1.- El populismo sigue vivo y triunfando.

La victoria aplastante de Boris Johnson es un aviso inquietante para el mundo de que el radicalismo populista gana elecciones incluso en democracias consolidadas. Mentir da votos era el lema oculto de Donald Trump y también el del candidato conservador británico. Ambos inventaron enemigos para luego presentarse como el único líder fuerte capaz de “devolver la grandeza” a la nación… y ambos ganaron.

2.- El patriotismo antieuropeo a lo Thatcher renace con Boris Johnson.

El nacionalismo aislacionista que vemos en Estados Unidos se acaba de replicar en la superpoblada Inglaterra, para espanto de escoceses y católicos norirlandeses. Johnson ha sabido despertar ese fervor patriota y antieuropeo que logró Margaret Thatcher; sólo que La Dama de Hierro lo hizo ganando la guerra de las Malvinas (lo que le permitió en 1983 ganar por goleada su segundo mandato), mientras que el actual líder conservador lo hace a base de mentiras y promesas demagógicas.

3.- Jeremy Corbyn debe dimitir.

El brusco giro a la izquierda radical del candidato laborista y su ambigüedad en torno al Brexit han resultado catastróficos para el histórico partido, que cosecha su peor resultado en ¡84 años! Para explicar por qué el Partido Laborista ha sufrido su mayor debacle desde 1935, antes de la Segunda Guerra Mundial, se debe en gran parte a que Corbyn, en el fondo, nunca renegó del ­brexit, pero tampoco lo defendió, sino que acabó aceptando de mala gana un segundo referéndum. Además, su apuesta por un programa económico revolucionario resultó fatal [los demócratas en EU deberían estar tomando nota].

A la vista del desastroso resultado electoral para el laborismo, incluso en bastiones históricos del centro y norte de Inglaterra, ha quedado claro que funcionó mejor la estrategia electoral de Johnson de declarar enemigos a los inmigrantes, que la estrategia de Corbyn de declarar enemigos a los dueños de bancos y grandes empresas.

4.- López Obrador pierde un aliado.

Una víctima colateral de la muerte política de Jeremy Corbyn es el presidente Andrés Manuel López Obrador, amigo y aliado ideológico del candidato laborista y de su esposa, la mexicana Laura Álvarez.

5.- Segundo referéndum de Escocia a la vista.

Si se confirman los 55 escaños logrados por el Partido Nacionalista Escocés (SNP), de los 59 adjudicados por población a Escocia, se hará muy difícil para el primer ministro Boris Johnson negarse a convocar un referéndum de independencia, a pesar de que en campaña dijo que no lo permitiría.

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, también prometió en campaña que si su partido lograba un buen resultado (logró 20 escaños más), Londres no podría impedir una nueva consulta, como la de 2016, cuando perdió el independentismo. Esta vez, la situación es muy diferente a la de hace tres años. La amenaza (ahora cierta) de la salida de Reino Unido de la UE condena a Edimburgo a  la pesadilla de seguir atada a Londres y a la deriva.

6.- Brexit a finales de enero.

Las elecciones británicas eran también un plebiscito sobre la polémica salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE). Con los resultados en la manos, ni abolir el brexit, como querían los liberal demócratas, ni un segundo referéndum, como pedían los laboristas. A falta de sorpresas, en mes y medio, los británicos habrán puesto fin a 46 años de matrimonio con el continente, una libertad que sin embargo podría convertirse en el mayor error de sus vidas, si se cumple la amenaza de caos económico, regreso de la violencia sectaria en Irlanda del Norte y probable independencia de Escocia.

fransink@outlook.com