El principal motivo de consulta en los pacientes es por dolor y se estima que el 38% de los pacientes en México no encuentra una forma adecuada de controlarlo.

El Dolor Crónico  es aquel dolor que tiene más de 3 meses de duración y es una enfermedad que se desprende de varias causas desde un daño tisular, una lesión neuronal,  alguna enfermedad o como consecuencia de un dolor agudo mal tratado.  El dolor también tiene un componente biopsicosocial que impacta negativamente en varios ámbitos de la vida del paciente tales como: social, familiar y laboral.  Para abordar el problema de manera integral, es necesario considerar todos estos aspectos y ofrecer alternativas terapéuticas eficaces a los pacientes.

A pesar de que el dolor crónico afecta a más pacientes que otras enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes, y las enfermedades coronarias, millones de pacientes no tienen un acceso eficiente a los medicamentos que ayudan a controlar la enfermedad, ya sea por regulaciones, restricciones o acceso limitado o por conceptos erróneos relacionados con el uso de analgésicos opioides.  Siendo los pacientes los principales afectados al no tener disponibles los recursos necesarios para el control de su enfermedad.

Entre los factores médicos que afectan el control efectivo del dolor en los pacientes mexicanos, destaca la necesidad de programas de educación en el tema de dolor tanto para los profesionales de la salud así como también para los pacientes ya que una mala evaluación del dolor puede tener consecuencias en un enfoque terapéutico erróneo; esto a su vez propicia la falta de apego al tratamiento por parte del paciente y constituye un círculo vicioso que facilita la cronificación del dolor.

Por lo tanto, una de las principales necesidades que existen en el campo del dolor en nuestro país es la Educación Médica Continua sobre la enfermedad.   Actualmente  no se lleva la materia de dolor en las Universidades y son pocos los cursos de pregrados disponibles en el país con esta materia; por lo que durante la práctica clínica puede haber diagnósticos y/o tratamientos inadecuados del dolor crónico.

Para atender este problema se recomienda un acercamiento con el que se eduque por igual a médicos y pacientes, además de mejorar los estándares de atención tanto en hospitales públicos como privados.

La región de América Latina vive una situación peculiar en términos de la atención al dolor, ya que representa menos del 1% del consumo global de analgésicos opioides, lo que resulta preocupante si consideramos que estos fármacos constituyen la piedra angular del tratamiento del dolor crónico.

Otras consecuencias clínicas del dolor sin tratar son la depresión, trastorno de ansiedad, predisposición a desarrollar enfermedades y aumento del riesgo cardiovascular. Todas estas afecciones pueden ser evitadas con un tratamiento oportuno, sin embargo, las estadísticas muestran que en la región de América Latina el abasto de analgésicos opioides no corresponde al número de pacientes con dolor crónico.

Por lo tanto es necesario establecer una red de educación médica continua donde se logre reducir todas estos mitos y barreras que impiden el adecuado abordaje y tratamiento del dolor crónico, resaltando la importancia del papel de los analgésicos opioides como fármacos seguros y eficaces tanta para le prescripción del médico de atención primaria como para tolerabilidad de los pacientes con este padecimiento.